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Entrevista al español César Pérez Gellida, autor de "Sarna con gusto"

 

Nació en Valladolid, pero desde el año pasado radica en Buenos Aires junto a su familia. Durante mucho tiempo trabajó en cuestiones por demás ajenas a la literatura, pero hace un lustro, dio una vuelta de timón a su vida y se dispuso a escribir historias enmarcadas en la novela policial. Y decimos enmarcadas, porque así como este escritor parece arremeter con fuerza cuando algo se le pone en la cabeza -cambiendo de hábitos y paisajes-, en tan sólo cuatro libros editados ha marcado una nueva forma de narrar en el género negro. 
El «género Gellida», le llaman en su España natal, y con él están de acuerdo lectores y críticos especializados, al mismo tiempo en que coinciden sobre la capacidad del autor para ambientar en 360º sobre lo que planteapágina tras página en sus novelas.

Su nombre pasó a la órbita internacional con la trilogía «Versos, canciones y trozitos de carne», y ahora sigue en esos niveles de popularidad gracias a «Sarna con gusto», su nuevo material, que nuevamente nos invita a ser parte de un thriller donde otra vez seremos nosotros, como lectores, los que iremos descubriendo los misterios de la oscura trama, ligada al asesinato de una adolescente en un pequeño pueblo español.

Sobre sus comienzos, sus proyectos y su particular forma de narrar habló César Pérez Gellida con Babilonia, en la entrevista que te presentamos a continuación.

 

– En tu propio perfil, comentás sobre tus inicios laborales que tienen poco que ver con la literatura, inmiscuido en cuestiones relacionadas al marketing y la comunicación, ¿cómo fue ese salto al mundo de la escritura y por qué?

– No fue algo premeditado, mi relación con la escritura no es vocacional, responde a una necesidad con la que me encontré un día de poner en negro sobre blanco algunas de las historias que iba tejiendo en mi cabeza para conciliar el sueño. De una de estas surgió Memento mori, mi primera novela que luego sería la primera parte de una trilogía negra. 

 

– Asimismo, hablás de que cuando dejaste tu anterior trabajo te enfocaste «exclusivamente» a la tarea de escritor, ¿creés que un autor puede valerse solamente para vivir de lo que recibe por la venta de sus libros? ¿O es una profesión/oficio que indefectiblemente debe complementarse con otro ingreso?

– Todo depende de las ventas, así de sencillo y cruel. En mi caso tengo la suerte de haber vendido lo suficiente en España como para poder dedicarme en exclusiva a este oficio, pero lamentablemente no es lo habitual en mi país. Los que vivimos de escribir debemos considerarnos unos privilegiados lo cual no es un indicador muy halagüeño de nuestra sociedad. 

 

– Vivís en Argentina desde el año pasado, ¿qué puertas te abrió nuestro país para nuevas creaciones?

-Digamos que mis personajes viajan conmigo y aquí, en Argentina, he podido viajar a algunos lugares donde he encontrado escenarios magníficos para encuadrar la tercera novela de mi segunda trilogía negra: Refranes, canciones y rastros de sangre cuyo primer volumen, Sarna con gusto, acaba de publicarse aquí. 

 

– De todas maneras, aún a la distancia, supongo que España seguirá siendo fuente de inspiración para vos, ¿ya extrañas algo que puede convertirse en novela?

– No, realmente no extraño más que a mi gente cercana y, por suerte, viajo dos o tres veces al año a España para presentar mis novelas o simplemente de vacaciones. 

 

– Considerado por las editoriales como un escritor emergente contemporáneo, igualmente has recibido importantes distinciones por tus novelas, ¿cuáles son los estímulos que se despiertan en un escritor los premios a su narrativa? ¿y cuáles las exigencias que conlleva?

– Yo escribo -básicamente-, porque me divierte, personalmente y me llena, profesionalmente. Los premios son un reconocimiento que se agradece recibir, pero no va más allá de un fogonazo efímero. El oficio requiere muchas horas de dedicación en soledad, mucha disciplina, y esa, quizá, sea mi mayor virtud. 

 

– Escritor de novelas policiales, ¿qué creés que le otorga el género negro a la literatura, que no le da ninguno de los otros géneros narrativos?

– He de decir que no me ciño a la ortodoxia de la novela policial, sigo un método propio que consiste en no seguir ningún método establecido. Solo transcribo en papel las escenas que voy creando en mi cabeza. 

 

– Sobre «Sarna con gusto», tanto críticos como lectores, hablan de la continuidad de «género Gellida», vinculado a una nueva trama audiovisual, ¿a eso te referías?

– Tiene que ver con lo que comentaba anteriormente. Yo no realizo un guión previo antes de lanzarme a escribir. Dejo cierta libertad a los personajes para que sean ellos quienes manejen el argumento aunque es cierto que yo siempre llevo las riendas. Si uno sabe de dónde parte y adónde quiene llegar, es difícil salirse de la línea recta. En mi caso las curvas y los giros se producen de forma accidental y eso hace que el lector no los vea venir. Al margen, mis novelas cuentan con banda sonora y me gusta aplicar juegos de cámara en la narrativa. Todo ello hace que la crítica haya etiquetado con mi apellido una forma particular de contar historias. 

 

– Todos hablan de la trilogía «Versos, canciones y trocitos de carne», pero ¿Se puede descubrir a Gellida en «Sarna con gusto» sin haber leído tus primeras novelas?

– Sí. digamos que es aconsejable haber leído la anterior trilogía pero no imprescindible ya que Sarna con gusto es una novela conclusiva en tanto a que el caso principal, la historia de un secuestro tratado desde una óptica de 360º es conclusiva. 

 

– ¿Conocés escritores del género negro argentino? ¿Te gusta alguno en particular?

– Es una asignatura pendiente. 

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