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Entrevista a Perla Suez

 

El pasado mes de octubre, tuvo lugar en Alemania, la tradicional y destacada Feria del Libro de Frankurt, uno de los encuentros más importantes de la literatura a nivel mundial. Una vez más, miles de expositores de más de 100 países se reunieron, como hace casi 70 años, para intercambiar experiencias y saberes, y Argentina nuevamente fue parte de este fiesta de las letras, con nombres que han representando al país en tan importante evento.

La Cancillería argentina fue la encargada de definir la Delegación Nacional, la cual estaba integrada por escritores y editores, entre ellos, la autora cordobesa Perla Suez, figura destacada de la literatura local. 

Ella, junto a Hernán Ronsino, Gabriela Cabezón Cámara, Inés Fernández Moreno, y los editores de los sellos Fiordo, Editorial Municipal de Rosario, Godot y Kapelusz, fueron entonces los elegidos no sólo para disfrutar de la Feria y exhibir con orgullo nuestra producción nacional, sino también estar atenta y registrar detalles de las nuevas tendencias internacionales.

En diálogo con Babilonia, la narradora, traductora y autora de libros desde hace más de 40 años, con una vastísima trayectoria y que tiene en su haber reconocimientos internacionales – por su última novela «El país del diablo», obtuvo el Premio Sor juana Inés de la Cruz, de México- , contó acerca de su visita a Frankfurt y de las experiencias que les dejó como escritora.

 

– ¿Cuál fue la experiencia más enriquecedora que tuviste al visitar la Feria de Frankfurt?

– La experiencia más interesante fue tomar contacto con editores y traductores principalmente alemanes, y también con mi agente literario. Pienso que es real que la Feria de Frankfurt está pensada para el mercado y negocios editoriales, pero depende con qué actitud vaya el escritor, puede romper la barrera del “escritor solitario” y cumplir un rol activo, de interlocutor, de participar en las decisiones editoriales de su obra, que en otros momentos quizá era insospechado.

 

–  ¿A qué estuviste atenta como lectora/escritora?

– Como es tan enorme la feria, me hubiera gustado recorrer más editoriales y países, pero me concentré básicamente en lo que había en el stand de Argentina, México, Chile y Brasil, que eran los más cercanos y con los que tuvimos mucho contacto. Pero es muy difícil en una feria de esa magnitud mirar todo lo que se está publicando.

 

– ¿Cumplió con tus expectativas? ¿Era como te la imaginabas?

– Las expectativas que yo tenía estaban orientadas a conocer cómo funciona una feria del libro de esas características, pero lo cierto es que llegué y me ocupé de trabajar todo el tiempo, de relacionarme con gente interesada en mi obra que se acercó al stand de Argentina, o a la universidad donde dimos una charla cada autor. Mucha gente me dijo que no valía la pena que vaya a esta feria porque era solo de interés para el mercado editorial, pero realmente fue una experiencia excepcional.

 

– ¿Cuál crees que es la apreciación de editores/escritores del mundo hacia la producción latinoamericana? ¿Y la de Argentina en particular?

– Es muy difícil responder una pregunta tan general, no sé qué piensan los escritores o editores extranjeros de nuestra literatura, y menos de la literatura latinoamericana. Los editores alemanes con los que me contacté tienen un conocimiento muy profundo de nuestra producción, pasaron de conocer solo el Boom a conocer más escritores mexicanos y colombianos, y  también sentí un interés muy fuerte por la literatura argentina del siglo XX y de este momento. El hecho de que el stand de Argentina haya estado dedicado a editoriales medianas y chicas, y editoriales universitarias, me pareció muy importante porque se acercó otra producción literaria, la de autores que no siempre tienen un lugar asegurado en la traducción, y en ese sentido se cumplió el objetivo para los cuatro escritores que viajamos, pues se hubo muchos interesados en nuestros libros. Yo pude conocer a mis editores de Grecia y compartir con ellos sus lecturas de Argentina (Humo rojo salió ahora en ese país por editorial Ópera).

 

– Uno de los objetivos es poder interactuar con otros gestores culturales para establecer estrategias en el campo de la literatura, ¿qué pudiste traerte sobre esa premisa?

– Se abrió una relación interesante con agentes literarios y traductores, y unos cuantos lectores sobre todo en las charlas, que se interesaban en buscar nuestros libros. Pero me cuesta pensarlo en términos de estrategias para el campo de la literatura, al menos desde cómo lo viví yo como autora.

 

– Como grupo, los llevaron para conmemorar los 30 años del fallecimiento de Borges, ¿hubo interés de los participantes de la feria por esta temática?

– Por supuesto que Borges no necesita que nosotros hablemos de él. El público que había estaba más interesado en saber qué estamos escribiendo nosotros, que en escucharnos hablar de Borges. Si bien hablamos de su obra y de lo que nos significa su lectura, Borges ya está instalado en el colectivo de lectores europeos, la verdad es que preguntaron más sobre nuestros libros.

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