Artista visual, narradora, actriz y escritora. En la vida de Naty Martínez todo eso está presente pero direccionado a un lugar especial: las infancias. En esta oportunidad vuelve al mundo de los libros de la mano del cuento “El rey Caprichudo”.
Hay quienes la conocen por su personaje de Tina, una payasa que no le escapa a ningún tema y que despierta ternura y risas. También la conocen como una artista visual que promueve la creatividad y que invita a niños y niñas a soñar e imaginar. Su voz narrativa es particular, y es justamente esa particularidad la que traslada a sus libros destinados a las infancias.
“Ideítas creativas” proponía juegos, acciones y actividades para todas las edades. Ahora se mete de lleno en la literatura infantil con “El rey Caprichudo”, un cuento de su autoría también está ilustrado por ella. “Ilustrar mis propios libros me permite completar mis ideas”, afirma.
El 21 de julio lo presentará en la Feria Infantil del Libro que durante las vacaciones de julio se realiza en el Centro Cultural Córdoba. Pero previamente, Naty Martínez dialoga con Babilona y nos cuenta algunos detalles de este cuento que ahonda sobre los caprichos y la tiranía, siempre desde el humor.
-Ya habías publicado un libro que proponía juegos creativos. Ahora te sumergís de lleno en el mundo de la literatura infantil. ¿Cómo surgió la idea de «El rey Caprichudo»?
-La idea del Rey, como la gran mayoría de los cuentos que he escrito, nacen de mi cotidianeidad, de lo que pasa en el seno de mi familia, de las vivencias con mis hijxs, de las vivencias con mis alumnos.
Este en particular surge a partir de uno de mis hijos. Cuando él tenía 4 años comenzó a tener actitudes muy caprichosas, o por lo menos así las catalogamos nosotros. En el cole se encaprichaba -como decían sus seños-, y nos llenaron de notas los cuadernos de comunicados. Hablábamos con él y nada, parecía no comprender lo que le decíamos. Según mi hijo algo había sido injusto, alguien no lo había escuchado, alguna seño le había dado una lista muy larga de cosas para hacer, y su defensa era encerrarse en él mismo. Sin embargo era super inteligente. En sala de 4 ya leía y quería salir a leer al patio porque no le gustaba mucho jugar con los otros niños. Multiplicaba, jugaba a hacer sumas de 3 cifras, entendía sobre temas muy específicos, recordaba datos, tenía un léxico y una dicción dignas de un niño más grande…, pero su conducta era difícil. Un día por consejo de una de sus abuelas fuimos al servicio de neuropsicología área infantil de la facultad de Psicología de la UNC. Allí luego de entrevistas a nosotros como mapadres y a nuestro hijo, entre varios profesionales que lo evaluaron, llegaron a la conclusión de que tenía Altas Capacidades y que cada conducta que nosotros veíamos como una mala conducta apuntaba a esa característica. Y toda la teoría del capricho cayó. ¿Qué se hace con un niño con altas capacidades?, como sociedad, como escuela, como familia… ¿Teníamos que ponernos contentos? ¿Debíamos sentir alivio porque no era una discapacidad? Fue tan confuso y difícil, que allí mismo se formó un grupo de padres que se llamaba: Acompañamiento a padres de niños con Altas Capacidades Intelectuales. Nos dieron herramientas para aprender a actuar y a comprendernos con nuestro hijo, herramientas que trasladamos al cole y que fueron bienvenidas. Pero sobre todo aprendimos a ver a nuestro hijo con otros ojos. No había en él una intención de capricho. Su alta sensibilidad le hacía percibir el mundo como un espacio hostil y eso lo enojaba profundamente.
Mi hijo tiene nombre de Rey, se llama Felipe.
No podía empezar diciéndote desde donde surge el cuento sin contarte esto.
El cuento no tiene intenciones de describir esta historia que te comparto, aunque la motive. El cuento pretende ser un cuento de humor. Ya que Feli siempre tuvo un sentido del humor muy “alto” como le decimos nosotros.
Tengo escritos, con éste, nueve cuentos y todos salieron de este propio y rico laboratorio familiar de historias.
-Además de ser la autora del texto también sos la ilustradora del libro. ¿Qué tuviste en cuenta para ese proceso?
– La autoría integral es algo que vengo buscando. Incluso desde antes de “Ideítas creativas”, también soy autora integral en “Miedo a miedo”, una cadena de mieditos que ganó el 3er puesto del Premio Tejeda en la categoría LIBRO ÁLBUM y que está siendo publicado por la Editorial Municipal. Aunque queda mucho camino por recorrer, ilustrar mis propios libros me permite completar mis ideas.
Usamos crayones y pasteles cuando somos más pequeños, porque se considera que es más fácil agarrarlos mientras afinamos nuestra motricidad, pero dejan una huella maravillosa. Me gustan los crayones, su impronta, su huella sobre el papel. Nada queda del todo cubierto y eso guarda una belleza para mí. Se asoma la infancia en esos vacíos. Hacer todo con recortes fue una manera lúdica, cambiaba caritas o posiciones de los brazos en un mismo cuerpo que quizás quedaba mirando hacia otro lado y eso era divertido y bastante práctico también. La austeridad de elementos fue una búsqueda. Ojalá sean un hallazgo.
– Contaste un poco cómo surgió el tema de los caprichos, algo muy asociado a las infancias pero que de alguna manera también está presente en el mundo adulto.
-Es fácil ver caprichos en la infancia, detectarlos, aún a riesgo de estar equivocados. Lo difícil es reconocernos “adultos caprichosos”, o reconocer caprichos en otros adultos.
Cuando el capricho se torna tan disparatado se vuelve cómico. Ver esto en alguien que ocupa el lugar de adulto y en una posición de poder es tragicómico. Y esto pasa con el Rey Caprichudo.
-Además de los caprichos, aparece también el tema del autoritarismo. ¿Cómo es abordar este tema para un público infantil?
-Todo es posible de abordar desde el humor. Si me paro frente a un primer grado con una corona de papel en la cabeza y una capa hecha de mantel y comienzo a dar órdenes ridículas con el ceño fruncido, cualquier niño se largaría a reír, o por lo menos empezarían algunos y los demás se irían sumando. Y aún así podrían reconocer el autoritarismo, diciendo otras palabras como por ejemplo: “es muy mandón” o “es enojón”. De todas maneras ejemplos abundan. Creo que con los niños podemos y debemos hablar de todo.
-El libro se lanza en el marco de la Feria Infantil. ¿Cómo va a ser esa presentación?
-Estoy feliz por eso, hacerlo en el marco de la Feria es un placer. Hay mucho público que se acerca a los libros por primera vez en estas Ferias y eso se abraza. Esta presentación será como me gusta a mí, pensada para las infancias, con juegos y dibujos. Y cada asistente podrá llevarse un pequeño Rey a casa. Obvio que el libro podrá conseguirse allí y en el stand de Mundo Lectura.
Para agendar
La presentación-taller de “El rey Caprichudo” será el viernes 21 de julio a las 16.30 en el Centro Cultural Córdoba (Av. Poeta Lugones 401), en el marco de la Feria Infantil del Libro Córdoba.
Entrada libre y gratuita. Edad Recomendada: 5 a 8 años.