Santiago y Nina, que son apenas dos niños, no se imaginan lo que el destino les tiene preparado. De la mano de su autora, Cintia Lecler, los personajes crecerán juntos y descubrirán un romance sin prejuicios.
Las historias de amor no conocen de barreras. Y en este caso, la autora cordobesa Cintia Lecler da un paso más y se atreve a abordar un tema complejo: el autismo.
Después de mucho estudio, análisis y entrevistas, decidió darle vida a los personajes de Santiago y Nina, dos jóvenes que se conocen en etapa escolar y que, al parecer, están predestinados a vivir todas las etapas de la vida en mutua compañía.
Hasta acá, una historia de amor clásica. Pero el romance entre Nina y Santiago viene a enseñarnos mucho, así como le pasó a Cintia durante su proceso de escritura. “Contando Estrellas” nos invita a descubrir cómo vive el amor una persona neurodivergente. Durante el relato tanto Santiago como Nina salen de su zona de confort Él es un muchacho con Síndrome de Asperger que ama cocinar; ella, la niña de las mil pecas y el amor incondicional, (específicamente por Santiago, claro).
La autora -que previamente en su novela «Lo que mis ojos no ven» había ahondado sobre la ceguera- nos cuenta cómo fue diseñar a sus criaturas literarias para construir un relato creíble, genuino y profundo sobre el amor y el autismo.
-¿Qué cuestiones tuviste en cuenta a la hora de crear el personaje de Santiago?
-Santiago es uno de los personajes que más trabajo me dio en el sentido que me enseñó mucho. Tuve que aprender de él y con él en la medida en que yo iba haciéndolo crecer. Surgió a partir de una curiosidad: quería saber qué pasaba con esos niños que tienen el Síndrome de Asperger cuando creían. Si pueden estudiar, si pueden tener familia, enamorarse, ser profesionales, qué hacen de su vida una vez que crecieron. Construir a Santiago fue un desafío total y me llevó mucho tiempo de investigación, mucho tiempo de entrevistarme con gente adulta diagnosticada y así surgió este personaje. Santiago me terminó dando una enseñanza enorme en el tema.
-¿Cuál fue la búsqueda o el desafío de incorporar como protagonista masculino a un personaje neurodivergente?
-Fue todo un desafío para mí incluir un personaje neurodivergente y más por el hecho de que Santiago es el personaje principal de la novela. Yo necesité armar toda la historia en función de él. Debía tener las herramientas necesarias para crecer en un ambiente que le ayudó a desarrollarse como persona social dentro de sus posibilidades. Por eso yo tuve que aclarar en una nota de autora que me tomé algunas licencias porque no todas las personas tienen el síndrome de la misma forma. Algunos son no verbales, otros hablan muchísimo, otros están directamente en su mundo y no conectan con la realidad…
-¿Qué opinas sobre quienes dicen que el amor entre adolescentes/jóvenes no existe?
-¡Qué dificil es hablar del amor entre adolescentes o jóvenes! Para mí es un amor totalmente puro, libre de prejuicios y cosas que trae el adulto cuando ya tiene un poco más de experiencia. Síi existe y es uno de los más lindos de vivir y experimentar mientras vas creciendo. Soy una creyente absoluta del amor y me parece que la etapa esa es fantástica para vivirla y para escribirla a través de los personajes.
-¿Cómo definirías al amor entre Nina y Santiago?
-Yo creo que esta historia de “Contando Estrellas” no hubiera sido lo que fue sin el amor que Nina le tenía a Santiago. Fue un amor limpio desde el principio: Nina no necesitó muchas explicaciones para aceptar a Santiago tal y como era y para adaptarse a sus momentos y estar para él cuando lo necesitara. Ella supo respetar sus crisis. Lo vio sufrir y permaneció a su lado, sabiendo que con su sola presencia ya lo estaba ayudando. Nina lo amó y lo ama sin prejuicios y eso es lo mejor que tiene la novela. Nunca lo juzgó, nunca lo dejó de lado e inclusive en un capítulo de los 15 años , ella y Nacho adaptan todo para que el vals sea lo mejor para Santiago. Eso es un amor sin límites que es muy valorable y está bueno para incorporarlo en la sociedad, no hay que juzgar a las personas ni dejarlas de lado porque los veamos como raros. Hay que acercarse y ver si se puede dar una mano o acompañar a esa persona.
Por otra parte, Santiago la amó desde el primer día, cuando vió sus pecas. Desde que la conoció la amó y él se formó y se quiso superar (muy consciente de su condición) para darle lo mejor a ella. Yo creo que fue un feedback entre ellos, algo muy sano y superior a otros tipos de amores que hay en la vida.
-¿Creés que se habla lo suficiente de las diversas formas de amar?
-Sí se habla lo suficiente y creo que cada vez la gente se está animando a hablar más. Hay más libertad y no hay tantas barreras ni frenos para poder expresar lo que uno quiere decir. Se está hablando sobre sobre diferentes formas de amar, no solamente entre dos personas (cualquiera sea su género o su elección) sino amar de las mil maneras que existen. Antes me parece que era un poco más estructurado, pero en la actualidad tenemos bastante libertad para escribir sobre el amor.
Esta novela nos recuerda que el amor no es perfección, no es siempre entenderse ni vivir en la era del romanticismo eterno. Es a través de “Contando Estrellas” que podemos vivir una historia de amor juvenil, que perdurará en el tiempo y nos enseñará sobre cuán comprensivo puede ser alguien cuando ama.