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#Balance2024: Referentes locales analizan el complejo año para el sector del libro

El aumento de los precios y la caída del consumo afectaron de manera directa al sector editorial.  Más allá de los datos de la CAL (que indican una caída en las ventas de más del 35%) cada actor del ecosistema editorial buscó la manera de generar actividades, proyectos e ideas creativas para contrarrestar este difícil contexto.
En esta nota, comparten sus miradas los libreros Tomás Ottini y Soledad Graffigna, los editores Agustina Merro y Carlos Ferreyra y la escritora Graciela Bialet. 

El 2024 fue complejo para el sector editorial. Las ventas tuvieron una caída que según el último informe de la CAL, en el primeer semestre de 2024 fue del 30% al 49%.  El aumento significativo en los costos del libro (que incluso estuvieron por encima de la inflación) y la crisis económica fueron las principales causas de la baja.

Si bien los datos no son alentadores, la creatividad y el trabajo colectivo fueron claves para sobrellevar el año.  Por eso es que no faltaron ferias, ciclos, clubes de lectura, charlas y diversas movidas organizadas por librerías o editoriales como así también algunos  proyectos promovidos esencialmente desde el sector independiente.

Desde Babilonia, decidimos hacer un recorrido muy general sobre cómo vieron este 2024 diferentes actores del ecosistema del libro: librerías, editoriales y autores.

En líneas generales, coinciden en que 2024 fue difícil pero que la segunda mitad del año fue un poco más alentadora. Algunos creen que el 2025 será mejor y otros mantienen cierto pesimismo con respecto al futuro.

Tomás Ottini (de la Librería EL Mundo del Libro): “Creo que este 2024 va a estar siempre apañado por la situación económica del país, que nubla cualquier tipo de análisis que podamos hacer.  De todas maneras fue un año en el que hemos ido de menos a más como sector. Yo creo que la Feria del Libro de Córdoba fue positiva, dado el contexto económico. Hay destellos de que el año que viene puede ser bastante mejor. Nosotros estamos apostando fuerte a eso con la apertura del nuevo local. 

Por otra parte intentamos fortalecer los talleres infantiles y la preparación de nuestros vendedores en ese segmento, porque ahí está nuestro futuro cliente. Cada vez hay más editoriales, cada vez hay más librerías y me parece que si no intentamos entre todos agrandar un poco esa demanda futura con el fomento de la cultura a los más chicos. Con los colegas con los que hemos charlado estamos todos bastante alineados en eso. Sabemos lo importante que es trabajar codo a codo entre las librerías y pulir esa relación cliente-librero que es la que sostiene al 100% el rubro. Cuando hablo de clientes no hablo del consumidor final que viene de paso, que puede ser un turista o alguien que se acerca para hacer un regalito puntual (y al que obviamente también le ofrecemos la mejor atención) sino más bien de ese cliente recurrente, ese es al que hay que cuidar. Esa es la enseñanza más grande que nos deja este año”.

Soledad Graffigna (Librería Volcán Azul): “Mi sensación, y creo que la de todos los del sector, es que ha sido muy malo el año. En primer lugar porque se puso en riesgo (y me parece que todavía está en riesgo) la Ley del Libro. Esta es una ley modelo en Latinoamérica que protege sobre todo a librerías pequeñas y medianas como la nuestra, entre otras cosas a través de un precio único de venta al público. Eso con la Ley Bases se quiso regular y la verdad es que está todo ahí en veremos. Por el otro lado obviamente bajó muchísimo el poder adquisitivo de nuestra clientela en particular. Nosotros trabajamos con docentes y universitarios que han visto muy afectados sus ingresos, así que eso marcó una creciente baja en las ventas. Ha sido un año muy duro de buscarle la vuelta, de ofrecer quizás más posibilidades de pago resignando márgenes de ganancia que de por sí son bajos en este rubro. El 2024 fue un año malo”.

Graciela Bialet (autora): «¿Qué balance puedo hacer para el sector del libro 2024? A nadie escapa que este año ha sido un año muy difícil económicamente y que la gente hace lo que puede para ir acortando gastos, esto ha repercutido mucho en el mundo del libro. Personalmente, siendo autora de muchas casas editoriales, de pequeñas, de más grandes, internacionales y que están en otros países, me doy cuenta que han sacado poquísimos títulos y también prevén sacar menos para el año entrante. Lo cual da cuenta de la crisis económica, básicamente, que vive el libro. A la par de eso hay un montón de nuevos escritores, un montón de nuevas y jóvenes escritoras que empiezan a publicar en otros medios alternativos, como son las redes sociales, las plataformas multimedia y me parece que el mundo del libro tiene que mirar para ahí. Felicito realmente a la Feria del Libro de Córdoba, que le puso toda la garra para seguir promoviendo el libro y la lectura y, por supuesto, a Babilonia Literaria, siempre presente”.

Carlos Ferreyra (Editor de Recovecos): “Al principio de año nos juntamos en la imprenta de mi hermano, que hoy imprime casi el 80% de los libros de las editoriales de Córdoba, y el panorama era muy incierto y complicado por el tema de los costos y de cómo estaba todo. Fue avanzando el año y la verdad es que se editaron muchos libros. Es cierto, se publica mucho, se edita mucho, se imprime mucho, pero las ventas han caído aproximadamente un 30, un 35%. Se ve también que las grandes editoriales bajaron un poco el precio, como que eso se estacionó, lo cual puede llegar a hacer que se venda un poco más. Pero bueno, te diría que este año se pudo trabajar, pudimos asistir a las ferias de libros, hubo mucha gente y las ventas fueron bastante desparejas.. Nosotros tuvimos libros de arriba de 25 mil pesos y la gente los elegió. O sea que me da la impresión que sigue habiendo una elección de ciertos libros. También hablo con los colegas que, a pesar de que ha caído, sigue permaneciendo el libro como un objeto que se elige. Pero bueno, hay que ver cómo avanzamos el año que viene. Los precios del papel han entrado en una meseta, por suerte no hay muchas variables alrededor de eso. Y hay que seguir buscando nuevas formas de circulación, con presentaciones, con distintas actividades. Pero pese a todo el sector está más vivos que nunca. Y aún en este escenario hay que pelearle el doble”.

Agustina Merro (Editora, Fruto de Dragón): “En lo personal, la parte negativa ha sido el contexto político y económico a nivel nacional. Esto repercute muy directamente en el bolsillo de los lectores y las lectoras y por supuesto que en un contexto de ajuste y recesión es muy difícil hacer sostenible un proyecto editorial independiente. En situaciones así, los consumos culturales en general suelen ser los primeros que se recortan. Eso sí se notó mucho este año. Hubo caída en las ventas. Por otra parte, hubo escasas o nulas políticas públicas de fomento al sector del libro tanto a nivel nacional, provincial y municipal. Por ejemplo, la Municipalidad este año directamente no llamó a la convocatoria del Fondo de Estímulo a la actividad editorial cordobesa. Entiendo que es el primera vez que ocurre eso, y si bien siempre fue un monto bastante bajo es muy significativo que esto no se haya convocado. Tampoco se ejecutó un programa que se llama Córdoba lee y edita, por el cual nos compraban a las editoriales cordobesas material para distribuir en bibliotecas. En función de todo esto, el balance desde lo económico y político es bastante  negativo, en especial porque un poco se busca dinamitar a los sectores culturales y a las industrias culturales y todo lo que es el campo simbólico de la cultura. Paralelamente sí veo como super positivo las ferias, los encuentros que supimos construir en medio de este contexto tanto desde el espacio Barón Visa (por primera vez integrado al circuito de los stands de la Feria del Libro Córdoba), como las ferias Refugio (que hicimos justamente en respuesta a este contexto político y económico que mencionaba) y que tuvieron continuidad y una respuesta muy hermosa de parte del público bueno. También la feria de editores en Buenos Aires que fue muy positiva en cuanto a ventas. Seguimos apostando a pesar de este contexto que no es no es para nada auspicioso pero estamos acostumbrados a que en estos momentos de crisis es cuando más necesario se hace encontrarnos y seguir apostando por la cultura, por los libros y por el encuentro a través de la palabra escrita y oral”.

Datos de a Cámara Argentina del Libro 

 

A fines de 2024, la Cámara Argentina del Libro (CAL) dio a conocer un informe con los datos correspondientes al primer semestre del año. 

  • El estudio indicó una marcada  concentración geográfica del universo editorial argentino: el 57,9% de las editoriales están en  la ciudad de Buenos Aires, seguido por la provincia de Buenos Aires (15,8%), Santa Fe (9,5%) y Córdoba (7,4%).
  • El 60% de las distribuidoras dijo haber empeorado su situación en el primer semestre del 2024 en comparación con el año anterior.
  • Las ventas cayeron el 26% y el 49%, y el 12% vio un deterioro superior al 50% en su facturación.

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