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Alejandro Finzi: "La dramaturgia nacional es riquísima pero mal conocida"

 

El dramaturgo Alejandro Finzi se crió y vivió en Córdoba durante muchos años, por eso su visita no es una más en la ciudad. Sino que es una visita llena de honores, ansia y alegría por parte de muchísima gente que lo extraña y lo piensa  en aquel territorio sureño que eligió para quedarse.

Pero aunque esté lejos, Finzi sigue pensando en La Docta, por eso cuando viene (o vuelve) trae consigo varias de sus historias y proyectos, de manera que después que se vaya  tengamos por un tiempo más, mucho de él para compartir.

 

Esta vez, el docente y profesor reconocido internacionalmente por su labor en el teatro nacional, trajo bajo el brazo “Tres obras breves”, su material recientemente publicado y presentado el martes pasado en nuestra ciudad, libro que reúne las piezas de su autoría: “Carta de Max Jiménez a la mujer de la ventana», «La última batalla de los Pincheira» y “El último viaje de Consuelo de Saint Exupery”,  texto que casualmente es llevado a escena desde esta semana en el Teatro Real por la Comedia Cordobesa con dirección de Gonzalo Tolosa.

 

El texto aborda la vida de Consuelo Suncín, mujer de Antoine de Saint Exupery –creador de El Principito-, escritora salvadoreña con un mundo privado lleno de intrigas y secretos que hasta el día de hoy se busca develar, que sufrió los prejuicios de una época por ser libre y decidida.  “La tarea literaria tiene como objetivo visibilizar el maltrato de la familia Saint-Exupery a Consuelo Suncín, que fue terrible. El desprecio de esa nobleza hacia esta morenita de El Salvador, fue descomunal. La madre del piloto la odió, fue una suegra típica y Consuelo odió a la suegra. Una fórmula perfecta. Y quien niegue esa relación con la suegra es de otro planeta”, sentenció Finzi en alguna oportunidad, y sus palabras son una gran antesala para acercarnos a ver la obra que durante todo agosto se exhibirá en el Teatro Real.

 

En un ágil diálogo con Babilonia, Alejandro Finzi contó sobre su continuo interés de publicar dramaturgia como una forma de re-escritura permanente, sobre el por qué elegir a Consuelo de Saint Exupery como protagonista de una de sus obras y también sobre la realidad del teatro nacional.

 

Has publicado anteriormente otros libros con dramaturgias propias, sin embargo no todos los autores editan sus textos, ¿Por qué tu interés de llevar obras que nacen en un universo escénico a otro que quizás no lo es, como un libro? ¿Qué le suma al texto en sí?

– “Tres obras breves” es mi libro número veintiocho, entre los publicados en el país y el exterior.  Creo que el papel es ese palimpsesto, permite que el libro habite el hogar del lector y el teatrista.

 

¿Crees necesario un registro gráfico de las dramaturgias argentinas? ¿Por qué?

– Es fundamental para conocer la realidad de la escritura argentina. La dramaturgia nacional es riquísima pero mal conocida salvo la que se es cribe en Buenos Aires, esa ciudad junto al rio inmóvil.

 

¿Qué nuevos registros le puede otorgar acercarse a la narrativa teatral a un lector acostumbrado a leer otro tipo de literatura?

– Le permite viajar muy económicamente, como en la época del teatro isabelino. Hoy estabas en los Urales, mañana podés irte a Verona, pasado mañana navegar por el Leteo.

 

El libro cuenta con “El último viaje de Consuelo de Saint Exupery”, obra a estrenar por la Comedia, que aborda la vida de la condesa y el trato hostil que recibió de la familia Saint Exupery, ¿por qué contar esa historia? ¿cuál fue tu principal premisa a la hora de escribir sobre esta mujer? 

– Consuelo Suncín es un maravilloso ejemplo de la liberación femenina de la condición machista. Bella, inteligente, libre. Consuelo es una de esas mujeres de las que te enamoras sin remedio. Me paso a mí y me puse a buscarla en un texto teatral.

 

Esta obra fue estrenada de manera internacional el año pasado en San Salvador y ahora tiene su debut en Córdoba, ¿cómo sos a la hora de ver en escena uno de tus textos por diferentes elencos? ¿Das directivas o permitís un mayor juego creativo del director? 

– Uno aprende con cada puesta, la  escena es para uno la gran escuela. Eso es la maravilla que te permite el oficio de dramaturgo. Hace poco en Italia se hizo Molino Rojo y Martin Bresler, las dos obras en un solo espectáculo. Joya total.

 

Sos un autor distinguido en nuestro país, con una gran trayectoria de obras estrenadas, y también has obtenido reconocimiento internacional, sin embargo a veces el teatro (sobre todo comercial) es injusto con los dramaturgos nacionales y son mayoría las puestas con obras de autores foráneos, ¿desde adentro de la profesión se ve lo mismo? ¿Qué reflexión hacés de esto?

– El teatro es un bicho de mil cabezas. Saturno devora a sus hijos, nos enseña Goya. Hay teatro para todos, felizmente, en medio de esta pandemia de celulares.

 

-El movimiento teatral de Córdoba es intenso, ¿estás atento a sus nuevas expresiones artísticas?

– Es uno de los movimientos más ricos y consistentes de América Latina. Es un orgullo para los teatristas del país.

 

Datos de la obra

“El último viaje de Consuelo de Saint Exupery” estrenó anoche en la sala Azucena Carmona del Teatro Real (San Jerónimo 66) pero seguirá en cartelera todos los jueves de agosto a las 20, con entrada general de $90. En escena se presentan María Elena Troncoso y Pablo Tolosa,  con dirección de Gonzalo Tolosa y música original de La Habanera de Daniel Finzi (hijo de Alejandro).

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