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Ale de la O: Un “pregonero” de las narrativas para las infancias

El actor, autor y docente especializado en narrativas infanto-juveniles- fue galardonado con el premio Pregonero que otorga la Fundación del Libro.
En Babilonia compartimos una charla con este trabajador incansable de la cultura y permanente promotor de la lectura.

“El Ale de la O”, así lo conocemos en esta Córdoba donde le ponemos el artículo a los nombres abreviados. Una Córdoba en la que hay muchos referentes de la cultura que trascienden a nivel nacional. Este es el caso de este  actor, escritor y docente que hace unos días recibió el Premio Pregonero (en la categoría Teatro, Música y Títeres) que otorga la Fundación del Libro desde 1990.

Durante la ceremonia, y en el momento en el que Alejandro de la O subía a recibir la distinción,  se escuchó clarito desde el auditorio “viva el interior”, a lo que él agregó “viva Córdoba”. Es que este es su territorio, la ciudad en la que produce teatro, ejerce la docencia y escribe libros. El lugar en el que conjuga la narrativa atravesada por diferentes disciplinas, el sitio en el que se ha ganado su lugar como un comprometido promotor de la lectura.

El premio Pregonero es, en este caso, el pretexto para hablar con Ale de la O sobre su trabajo en el ámbito teatral (actualmente está presentando junto el grupo Egos la obra infantil “El conde Dráscula”) y sobre la literatura (es autor del libro “La luna que miraba” de Jacarandá Editoras).

Recién llegado de Buenos Aires y con el Pregonero ya en sus manos, Ale de la O habla con Babilonia sobre las narrativas actuales destinadas a las infancias.

-Después de tantos años de trabajar para las infancias (en teatro, literatura, etc.), ¿qué significa para vos recibir este premio?

-El premio significa un mimo. Un mimo hacia la tarea que se fue sosteniendo en los años, que nació fuertemente en el teatro pero que se fue diversificando en otras ramas como la literatura, la escritura y la docencia, aunque siempre haciendo foco en las artes escénicas.

Creo que los premios no modifican mucho el trabajo, pero son un aliciente, un reconocimiento. Demuestran que hay alguien que mira y que piensa en ese trabajo que uno hace. Y que además lo valora.

– La distinción está orientada a la categoría teatro, música y títeres. En función de tu experiencia y trayectoria, ¿cómo considerás que han evolucionado estas expresiones artísticas en función de los cambios culturales que atraviesan a las infancias?

-Hay un gran  avance en expresiones artísticas destinadas a las infancias en cuanto a calidad temas y puesta en escena. Es tanto el material que los chicos y chicas reciben de los aparatos tecnológicos y audiovisuales que los hacedores dedicados al arte para las infancias ya sabemos que es un público que no solo se conforma con una buena canción, una buena música o un vestuario colorido. Eso hace que el espectador pida más y que nosotros, como hacedores,  vayamos creciendo y entreguemos un producto de mejor calidad.

–  En lo teatral, ¿cuáles crees que son los temas o códigos universales que siempre funcionan para las infancias y cuáles son las nuevas temáticas que emergen?

– Para mí lo que siempre funcionó fue un buen texto, una idea creativa que no subestime al público, que tenga un humor inteligente. 

Con respecto a los cambio que se han ido dando, creo que también van en torno a eso. Hoy en el teatro para las infancias pueden tocarse muchos temas que años atrás eran tabúes. Hoy se habla de los vínculos familiares, la homosexualidad, la muerte, infancias trans, el medio ambiente, feminismos… Pero insisto,  para mí lo que siempre funcionó son las buenas historias, bien contadas y que respeten a ese pequeño o pequeña espectadora.

-El teatro y la literatura son dos terrenos afines a tu carrera. ¿Qué diferencias encontrás entre uno y otro y qué similitudes?

– Para mí van de la mano, el teatro se nutre de la literatura y viceversa. En mi rol docente está presente todo el tiempo la literatura. Solo podría hacer una pequeña diferencia y es que desde lo teatral la mirada que yo puedo tener sobre lo que se está haciendo a nivel nacional en las artes escénicas para infancias es más acotada. En cambio con la literatura se puede acceder más fácil para conocer todo lo que se viene publicando.  

– Contanos un poco qué estás haciendo actualmente a nivel teatral, a nivel literario y qué proyectos se vienen.

-La rueda sigue girando con noticias lindas. Seguimos con “El Conde Dráscula” que nos dio muchas satisfacciones con el grupo Egos y ya estamos pensando nuestro próximo estreno para 2024. Tenemos la idea, está ahí gestionándose muy de a poquito.

Además este año sale un nuevo libro con Jacarandá Editoras que se llama “La suerte de los Antonio” y que cuenta con ilustraciones de Guillermina Marino; y en el 2024 sale un tercer libro con MB Editora (la editorial de Maryta Berenguer) así que estoy muy contento con eso. 

Se vienen algunas presentaciones en ferias del libro y  también vamos a hacer unas jornadas de literatura infantil y juvenil en Rosario junto a Aquelarre.

-Por último, y ya a nivel personal, ¿qué es lo que te gusta de narrar y hacer artes escénicas para las infancias?

-Me encanta hacer teatro para las infancias. Es algo que me conmueve, me interpela… Es un público que me parece muy honesto y al mismo tiempo te genera mucha incertidumbre porque nunca se sabe bien con qué nos vamos a encontrar.  Eso me provoca una linda adrenalina. También hay algo de seguridad en el hacer teatro para las infancias porque es algo que yo conozco y sé cómo nadar en esas aguas. Me siento muy cómodo y me permite jugar un juego diferente en cada función.

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