Babilonia Literaria Hace algunas semanas se estrenó en Netflix la serie «Bolívar, una lucha admirable» que narra la campaña independentista de unos de los próceres más importantes de Latinoamérica.
La producción, bien lograda y con un interesante equilibrio entre lo histórico y lo ficcional, cuenta la vida de Bolívar desde su infancia hasta la épica campaña libertaria. Se centra en el hombre que estuvo detrás de la leyenda.
Hace algunas semanas comenzó en Netflix la serie «Bolívar, una lucha admirable». Se trata de una mega producción de la cadena Caracol (para la plataforma streamming) que narra la vida de Simón Bolívar, uno de las grandes figuras libertarias de Latinoamérica junto con San Martín. .
Aunque se acerca más al formato de telenovela que de serie (con más de 50 capítulos en su primera temporada) , la tira logra una muy buena fusión entre Historia y ficción. Aquí las 7 razones babilónicas por las que vale la pena ver esta producción.
Razón 1: Mirar el pasado, entender los procesos y descubrir esos relatos a veces desconocidos que fueron tomando forma durante el largo proceso independentista de Latinoamérica, siempre resulta interesante. Como la serie cuenta la historia de Bolívar desde que es un niño, la trama nos lleva por aquellas primeras revueltas revolucionarias hasta esas batallas que fracasaron. Un extenso camino que obligó a Bolívar a conocer a fondo todo ese basto territorio de Venezuela y de otras partes de Latinoamérica para finalmente poder llevar adelante su sueño de libertad.
Razón 2: A diferencia de otras producciones latinoamericanas, el elenco está integrado por actores que le imprimen credibilidad a los personajes. Tanto el Bolívar niño como el joven, tienen una gran naturalidad que dan cuenta de ese carácter inquieto, rebelde y comprometido que caracterizó al «Libertador». El personaje que vemos de adulto no es más que el resultado de esa vida signada por las pérdidas de sus seres queridos, por su orgullo criollo, por su encanto natural, por su privilegiada formación, por su espíritu perserverante y por su gran deseo revolucionario. El hombre detrás del mito.
Razón 3: Al igual que el género de la novela histórica, este tipo de relatos reflejan que todo aquello que alguna vez nos hicieron creer sobre que la Historia la protagonizaron los hombres, es una falacia. Aquí se ve como las mujeres tenían el carácter suficiente para llevar adelante una hacienda, abrazar las ideas revolucionarias o participar activamente del ejército y de la vida política. Las vemos también como mujer deseantes, rebeldes y dispuestas a llevar adelante sus propios sueños.
Razón 4: Un capítulo aparte merece Manuelita Saénz, la mujer y amante de Bolívar. La serie nos muestra a esa Manuelita niña, bastarda, criada en un convento, que siempre está causando algún revuelo. También a la adolescente enamoradiza y fascinada con las ideas independentistas, la misma que en la adultez aceptará un matrimonio arreglado para obtener el prestigio y la libertad necesaria para seguir adelante con sus objetivos. Es en esa etapa donde conocerá a Simón Bolívar. Un amor que ya es digno de una novela (la escritora Mabel Pagano tiene un gran libro sobre Manuela Saénz).
Razón 5: La serie propone una muy buena construcción de los escenarios de la época como así también de lugares históricos, costumbres y detalles que hacen creíble a una producción enmarcada en el Siglo XIX.
Razón 6: Como buena serie con aires de culebrón, hay historias de amor que se entremezclan. Los romances de Bolívar y la pasión que finalmente lo une a Manuela es solo un parte de un entramado en el que hay otros relatos pasionales en los que se mezclan razas y clases sociales.
Razón 7: La serie, aunque por momentos se vuelve un poco extensa y se retarda bastante en llegar a esa parte de la historia de Bolívar que todos conocemos, ofrece una muy buena mixtura entre ficción e HIstoria. Es sólida y atractiva.
Verla nos hace comprender la heroica epopeya de esos patriotas, tanto las y los que trascendieron con nombre propio como los que dieron su vida por la causa y quedaron en el mayor de los anonimatos.
