La novela de Florencia Vercellone habla de un reencuentro después de 30 años. De un pasado atravesado por los tiempos oscuros de la última dictadura militar en Argentina. Ahonda sobre el amor, el desamor y la distancia. Una novela con una narrativa envolvente y muy bien documentada.
No es fácil hacer el comentario de un libro escrito por alguien cercano. Tal vez lo subjetivo puede entramparnos. Sin embargo, “Antes de encontrarte” es de esas novelas en la que el escritor se corre, se desdibuja y le deja espacio a sus personajes para sean los verdaderos narradores y protagonistas.
El nuevo libro de Florencia Vercellone rescata un breve periodo de tiempo entre Ana y Juan, quienes se reencuentran después de 30 años. Ese momento es suficiente para desandar el pasado y redescubrirse en el presente.
Acá mis 5 razones por las que sumergirse en las páginas de esta novela.
La narrativa subterránea. Florencia Vercellone expone con claridad cuál es el centro del relato: Juan y Ana se reencuentran 30 años después de amarse y separarse de manera abrupta. Es un encuentro atravesado por preguntas que no siempre se atreven a hacer. En esa línea, la autora teje dos niveles narrativos: uno enfocado en lo que acontece y en lo que ellos deciden contar; y otro con lo que va pasando en sus pensamientos y sentires (donde también está latente lo que se oculta). Esa trama subterránea es quizá uno de los componentes más atractivos y poéticos del texto.
El manejo de los climas. Quienes leyeron “Todo por volver a verte” (la primera novela de Vercellone que narra la historia de Ana y Juan durante su juventud) seguramente esperaban esta segunda entrega. “Antes de encontrarte” nos brinda la oportunidad de ser testigos de ese reencuentro. Todo transcurre en pocas horas, pero en ese tiempo pasa de todo. La autora no se deja llevar por la ansiedad, por el contrario se toma el tiempo necesario para dar cuenta de esa emoción contenida, de cierta incomodidad de ambos, de la complicidad que renace, del deseo contenido, del miedo, del dolor… Vercellone crea climas y genera en el lector el deseo de intervenir, de decirle a Juan que cuente su verdad o de pedirle a Ana que rompa su coraza.
La construcción histórica. Siempre es bueno, con la llegada de marzo, revisar el pasado. Volver a hacer memoria y mirar esos años durísimos de la dictadura militar. Ana y Juan se separan poco antes del Golpe del 76. Ana se exilia (por presión familiar) y Juan cae preso (a causa de su militancia). El libro nos lleva a esos años de detención clandestina. Un infierno narrado desde Juan, desde su deterioro físico, desde el dolor físico y psico-emocional, desde las pérdidas y la desesperanza… En esa historia personal emerge una historia colectiva. Vercellone logra documentar el pasado pero lo hace no de manera técnica, sino dándole nombres, rostros, alma… Una memoria literaria que puede iluminar aún el infierno.
El amor. Aunque el texto no tiene la intención de ser solo una historia de amor, la temática está presente. Es que Juan y Ana se quisieron con locura en su juventud, unidos por los ideales y la pasión. 30 años es tiempo suficiente tal vez para ser otros, pero por momentos parecen ser los mismos. Es innegable que a lo largo de ese encuentro surge ese interrogante que se plantea en la contratapa: ¿Podrían sus almas reconectar antes que el tiempo se acabe?
Personajes bien delineados. Verc ellone no pretende construir héroes estereotipados. De hecho logra crear seres contradictorios que se vuelven cercanos y humanos. Podemos entender la frialdad y el esfuerzo de Ana por no sentir, por no conectar con ese pasado que la ha acompañado siempre. Podemos comprender como ese Juan idealista que sobrevivió al encierro y a la tortura, se ha transformado en un hombre vinculado al mundo empresarial. Un hombre que cambió de piel para seguir adelante.
Una novela bien escrita, poética, humana y sensible. Un relato que puede entenderse sin haber leído la novela anterior “Todo por volver a verte” pero que sin dudas cobra nuevas dimensiones para quien ya recorrió las páginas de ese título.