Continuando el ciclo “Tres (inolvidables) novelas españolas”, durante septiembre y octubre abordamos en el Club de Lectura de Babilonia el libro de Fernando Aramburu (Tusquets,2016) que narra desde un lugar incómodo/desgarrador y de forma sumamente original el conflicto de ETA en el País Vasco.
Por primera vez, el Club de Lectura se tomó licencia y utilizó cuatro encuentros (y no dos) para leer/abordar/analizar /disfrutar de una novela. Es que se trató de una GRAN novela -y no solo por su extensión (alrededor de 650 pág.)-. Hablamos de “Patria”, escrita por Fernando Aramburu (San Sebastián) y publicada en 2016, que reconstruye desde diferentes lugares/miradas/experiencias el enrevesado/histórico conflicto de la ETA (Euskadi Ta Askatasuna) Organización socialista revolucionaria vasca de liberación nacional, conflicto iniciado en la década del ´50 y en pleno Franquismo que –aun cuando se acaban de cumplir 10 años del cese de sus actividades terroristas-, sigue causando grietas políticas/ideológicas en esta sociedad.
De hecho, la historia que se narra comienza cuando ETA anuncia la finalización del conflicto armado en octubre de 2011 -abriendo una pequeña luz luego de décadas de sangre y horror-, aunque luego se bifurca en personajes y hechos diversos, llegando a uno en particular: el atentado perpetrado en un pequeño pueblo vasco que terminará de dividir a dos familias.
Un relato en boca de todos
Si este comentario tiene como objetivo servir de introducción para la lectura, entonces es necesario comenzar diciendo que la estructura narrativa de “Patria” es original por donde se la mire. Contada de manera sumamente singular, combinando voces y pensamientos de sus personajes/ narradores omniscientes (sí, son muchos), la trama salta de la primera a la tercera persona de manera constante (incluso en un mismo párrafo), logrando una lectura que se asemeja a la cadencia oral de la sociedad vasca que se busca describir.
Parece difícil entenderlo, y también naturalizarlo mientras se va leyendo, pero lo cierto es que Aramburu plantea un juego lingüístico/coloquial entre narrador y lector donde la historia sale de la boca de sus protagonistas así tal cual fuera dicha, y no hubiera interlocutores/escritores que se toman el trabajo de mediar entre el hecho y el relato. Aramburu, en otras palabras, nos pone allí en el medio y sus personajes nos cuentan un poco en castellano, un poco en euskera lo que tienen que contar o reconstruir desde su memoria. Incluso con frases sin terminar, incluso con preguntas retóricas.
Es un vaivén que al principio incomoda a cualquier lector acostumbrado a la narrativa enunciativa/descriptiva, pero que luego se vuelve de una riqueza extraordinaria. Una de las tantas que tiene el libro.
Todas las historias, LA historia
“Patria” es un título absolutamente ambicioso para esta novela. Un título que tratamos, en el Club, de discernir sobre hacia qué/dónde nos conduce, y durante cuatro encuentros no pudimos resolverlo. Porque Patria es un concepto tan personal como los millones de personas que lo acuñan. Y la novela, por lo tanto, también tendrá el mismo objetivo: reunir historias de personas/personajes que luchan, sobreviven, resisten, aman y odian por la (su) patria.
Dos personajes femeninos equilibran constantemente la trama: Bittori y Miren. Dos amigas de la adolescencia, la juventud y la adultez. Crecieron juntas y juntas se fueron haciendo mujeres con críos a cuestas. Se casaron con poco tiempo de diferencia y sus hijos se quieren casi como primos. Bittori y Txato tuvieron a Xabier y Nerea; Miren y Joxian a Joxe Mari, Arantxa y Gorka. Todos viven en un pequeño pueblo muy cerca de San Sebastián. Todos aman a su nación vasca y no pasan un día en que no se expresan en su lengua o deseen que sus tierras sean libres.
Sin embargo, ETA aparecerá de a poco, y de a poco uno de ellos –Joxe Mari- entenderá que para luchar es necesaria otras armas, además del euskera o una bandera.
Como dijimos, “Patria” se ubica temporalmente en 2011, cuando ETA abandona la lucha armada y su mecánica terrorista. Ese día, Bittori decide volver al pueblo, después de décadas de haberse ido cuando un comando de ETA asesinó al Txato frente a su casa. Esos dos hechos, como puntas, tensan la cuerda de esta trama sin desperdicio que se alimenta a su vez y continuamente, de otras sub-historias que no hacen más que describir/delinear cada uno de los personajes protagonistas. Personajes que si bien no estarán en el foco principal, serán puntos de conexión que servirán para dar cauce al desarrollo y final de la novela. Cada uno, real y simbólicamente representará una acción que unida a las demás moverán el relato de principio a fin.
Decir que Patria es sólo el anhelo de una viuda por descubrir la verdad sobre la muerte de su marido, aun cuando en el medio esté señalado el hijo de su mejor amiga, sería decir demasiado poco. “Patria” atraviesa tiempos y espacios para narrar la experiencia de seres humanos que, aun cumpliendo condenas reales o simbólicas, todavía no consiguen vislumbrar un destino de paz.
Un clásico
En uno de los encuentro del Club hicimos foco en la siguiente aseveración del escritor Ítalo Calvino: “Es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la actualidad más incompatible se impone”. Y luego nos hicimos la siguiente pregunta: ¿qué puntos en común tienen nuestra realidad con el País Vasco y ETA? A primera vista, posiblemente ninguno.
Sin embargo, el libro de Aramburu, narrado desde un lugar sumamente humano, nos invita a hablar de nosotros. De nosotros como miembros de una sociedad, de nosotros como parte de un sistema familiar, de nosotros como personas capaces (o no) de perdonar o sentir piedad.
Planteada como tragedia, casi en términos shakesperianos, Patria se construye de a poco entonces como un relato donde cada personaje es movido por una fuerza vital: el amor, la vergüenza, el odio, la venganza, el poder, la muerte y desde allí construye. Y por momentos se desdibujarán incluso los personajes, porque se convertirán casi en estereotipos sociales que se repiten desde hace siglos en nuestra sociedad. Allí también radica la riqueza de esta novela camino a convertirse en un clásico.
Del libro a la TV
El año pasado, y como una superproducción que recibió aplausos y también polémicas, “Patria” fue llevada a la TV en formato de miniserie. Se puede ver en HBO y, a decir verdad, cumple (aunque por supuesto no supera) lo narrado en el libro en papel.
Adapta correctamente tiempos y hechos contados, mantienen la tensión de esta trama quebrada y ayuda a conciliar escenas que a veces en el libro cuesta engarzar. Es una excelente opción para finalizar el libro, sobre todo por las actuaciones (y eso a título personal) de las actuaciones de Elena Irureta (Bittori) y Ana Gabarian (Miren).