Para comenzar este mes que siguen con frías temperaturas, te contamos de tres novelas tan originales como conmovedoras. Una cordobesa, de la mano de Fernanda Pérez, otra de Buenos Aires, con Gigliola Zecchin (Canela) y otra que proviene de Irlanda.
Título: “Instrucciones para salvar a un corazón”. Autora: Fernanda Pérez. Editorial: Penguin Random.
Después de varias novelas históricas (“Las maldecidas”, “El sacramento”, entre otras) de sus últimas dos novelas contemporáneas (“Una mujer con alas” y “Nunca te olvidé”), la autora cordobesa Fernanda Pérez vuelve a las vidrieras con una bellísima historia romántica que atraviesa diferentes conflictos sociales y culturales.
Karen, una madre adolescente que lucha por su futuro fuera de un hogar de menores; Agustín, un joven en conflicto con la ley penal que busca redención; Greta, una madre que no se rinde ante la adicción de su hijo mientras intenta recomponer el vínculo con el resto de su familia; y Sofía y Pedro, dos profesionales que encuentran en su trabajo una forma de sanar sus propias heridas. Sus caminos se cruzan porque todos ellos comparten un alma resiliente y un deseo profundo: salvar, al menos, un corazón.
Con una prosa poderosa, Fernanda Pérez, inspirada en experiencias personales y profesionales, da voz a personajes que, frente a los golpes de la vida, revelan una fuerza interior inquebrantable. En esta novela coral, la autora explora las complejidades de la vida, el dolor y el amor. Porque el cómo y con quiénes elegimos transitar el camino marcan la diferencia.
Título: “La niña que no vio los besos”. Autora: Gigliola Zecchin. Editorial: Edhasa.
Aquí la clave es la narrativa familiar atravesada por la inmigración italiana en Argentina, materia prima que la autora aprovecha a su favor para crear ficción en primera persona.
Una infancia en guerra, asediada por la precariedad y la pobreza. La incertidumbre es una constante. Contra esos recuerdos y las trampas de la memoria bregan estas historias en las que se trenzan, con maestría, la voz narrativa de la niña que habitó esa infancia en el dialecto del Véneto; y la mujer que hoy, como autora, recuerda esas vivencias en un castellano que llegó como augurio de paz y esperanza.
De la evocación de estas postales de niñez brota la solidaridad y la ternura; el coraje y el amor incondicional de la familia; la fe en una tierra prometida donde las penurias vividas quedarían, finalmente, en el pasado.
Allá en Italia esa tierra era llamada l’America. Acá, simplemente, Argentina. Y aquella niña, con el tiempo, sería Canela y este libro está integrado por relatos de infancia que hilvanan sombras y anhelos, contentos y congojas, en un lenguaje cercano a la poesía.
Título: “Deus ex”. Autor: Ferdia, Lennon. Editorial: Impedimenta.
Esta novela nos invita a pasear por Siracusa, Sicilia en el siglo V a. C de la mano de dos hombres anónimos para la casta, pero con un anhelo que los convierte en genios para la época. La trama, inquieta, original, impredecible, es producto de la imaginación de Ferdia Lennon, un novel autor dublinense que con esta ópera prima desembarca en el terreno de las letras internacionales.
En plena guerra del Peloponeso, dos ciudadanos griegos (Gelón, un alfarero en paro, y su mejor amigo, Lampo) pasean por la cantera donde los atenienses recién derrotados mueren lentamente de sed e inanición, y ofrecen agua y queso a quienes sean capaces de recitar unos versos de Eurípides. Los atenienses son unos indeseables, sí, pero… ¿y lo bien que escriben sus poetas?
Con el fin de rescatar las grandes tragedias de las garras del olvido, Gelón y Lampo están dispuestos a recurrir al talento de sus enemigos moribundos y a pedir favores en los rincones menos recomendables de Siracusa. Pero producir una obra de teatro no es tan fácil, y pronto su pequeña odisea rebasará los límites del escenario.
Con un doble dominio del momento histórico sobre el que escribe y desde el que escribe, Ferdia Lennon nos brinda una historia disparatada y atemporal que hará reír, llorar y aplaudir con entusiasmo a lectores de todos los gustos, desde Esquilo hasta Nick Hornby.