El 2021 va llegando a su fin. Fue un año en el que poco a poco se fueron regularizando las actividades culturales. La pandemia dio un respiro, las artes recuperaron prácticas y espacios tradicionales sin perder el sello del online.
Voces representativas de distintos sectores comparten su experiencia y exponen los desafíos que representará el 2022.

A partir de la segunda mitad de 2021, las actividades culturales fueron retomando su ritmo habitual. Con aforos y protocolos, la cartelera fue nutriéndose de actividades que ayudó a reactivar a uno de los sectores más golpeados de la pandemia.
Como balance de 2021, le pedimos a referentes culturales que nos contaran cómo vivieron en 2021 y qué desafíos se plantean para el 2022. Hablan Raúl Sansica (artes escénicas), Susana Guzmán (música), Daniel Benchimol (Proyecto 451, industria editorial), Andrea Molas (artes visuales), Alejo Carbonell (editorial), Enrico Barbizzi (música) y Andrea Musso (PH Cultural, artes escénicas).
Por otra parte, también desde Babilonia, Fernanda Pérez y Florencia Vercellone hacen foco en lo que dejó este año.
Miradas sobre 2021
Alejo Carbonell (editorial Caballo Negro):
“Voy desde lo particular a lo general. Para Caballo Negro ha sido un buen año, incluso mejor que otros con algunos hitos que van a ser difíciles de repetir. Nos ha ido bastante bien, pudimos surfear la crisis de los 4 años del Macrismo y luego los dos años de la pandemia, así que salimos fortalecidos. Pero en general es difícil hacer un diagnóstico en este momento. Nos gusta hacer un diagnóstico del sector, nos gusta hablar, debatir, ver qué hacen los colegas, tomar iniciativas al respecto, plantear propuestas genéricas de políticas para el ámbito editorial… Y en este tiempo ha sido muy difícil porque hay resultados muy dispares entre los colegas e incluso entre las regiones. Como una cosa positiva volvió a aparecer la compra del Estado nacional de libros, aunque un poco sesgada, pero lo bueno es que se concretó.
De todas maneras, actualmente tenemos un problema muy importante que es lo costoso que sale hacer libros, lo que impacta en el precio final que debe pagar el lector. A eso se le suma el agravante que desde hace algunas semanas hay escasez de papel, lo cual atenta directamente contra los planes editoriales».
Daniel Benchimol (Director de Proyecto 451, estrategias digitales para editoriales)
Fue un año un poco extraño, bastante atípico, un año en el que tal vez, en el primer semestre seguimos bajo un cierto funcionamiento parecido al año pasado: ferias del libro sin funcionamiento, librerías con aperturas parciales, con pocas personas en las calles y poco consumo de productos culturales por los canales tradicionales, y luego un segundo semestre donde aparece una cierta “normalización”.
Creo que el contexto lo que nos marca, es que tenemos -dentro de los actores de la cadena de valor del libro-, a un sector de librerías como el más golpeado por la pandemia, un sector que no ha logrado recuperarse de lo que fue prácticamente un año y medio de funcionar sin una normalidad y con poco apoyo del gobierno y pocas intenciones claras o concretas y posibilidades de probar nuevos caminos como puede ser el comercio electrónico.
Son pocas las librerías que dieron un paso importante en el comercio electrónico. Sí el comercio electrónico, en general, del libro se ha desarrollado muy fuerte, y todo lo que ha -de alguna forma-, empujado la pandemia- como fenómeno- no ha tenido ningún grado de retroceso en estos últimos meses de normalidad. Me refiero a que tanto el consumo del libro físico por comercio electrónico como el consumo de libros digitales que ha crecido de manera exponencial en los primeros tres meses de pandemia, hoy mantienen los mismos índices de consumos y siguen en un crecimiento más estabilizado.
Creo que todavía estamos muy cerca para hacer un grado de conclusión sobre los efectos concretos de la pandemia en el sector, sí es más que interesante saber que el escenario tremendamente oscuro que se vislumbraba en el inicio de la pandemia, no ha sido tan así. Tenemos un hábito de lectura que no solo no ha bajado, sino que ha crecido en pandemia, y que se ha viso motorizado por personas que han aprovechado para la lectura de ficción, como para quienes han necesitado comprar libros infantiles porque tenían niños en casa como para quienes han aprovechado para profesionalizarse y por tanto necesitaban libros técnicos, pero lo cierto es que el libro ha seguido una demanda muy potente.
Susana Guzmán (productora musical):
“Si bien el 2021 fue uno de los años más difíciles para la industria de la música hubo un momento bisagra a partir de septiembre, cuando comenzó la circulación. Eso permitió que se generaran rápidamente espectáculos en vivo tanto en Argentina como en el exterior. Al principio fue con aforos y protocolos que luego fueron des-contracturándose y eso propició una mayor cantidad de asistentes y cortes de ticket. Yo me dedico a la gestión de la música en entornos digitales, dentro de Agencia Cultura Online, y desde allí hacemos lanzamientos y distribución de música. Por ende conocemos bien de cerca el impacto que tuvo la pandemia en relación al crecimiento de propuestas artísticas en internet.
Soy consciente de que los conciertos en vivo son motor de circulación, creación de públicos y activación económica para el sector. Pero en este tiempo hay algo que nos queda en claro: tanto los conciertos al aire libre como el desarrollo de propuestas musicales en digital han llegado para quedarse y convivir con los formatos tradicionales”.
Enrico Barbizi (músico-compositor)
«Creo que el balance en general es positivo en tanto apenas arrancó el año y empezaron a darse las primeras aperturas, los músicos y las músicas pudimos volver a trabajar nos permitió justamente volver a poder tener el modo de sustento. Durante la pandemia muchos músicos y músicas tuvieron que vender, literalmente, sus instrumentos para sobrevivir así que en términos de trabajo siempre son bienvenidas las aperturas, aunque ahora a fin de año nos dimos con la mala noticia de que desde la Municipalidad derogaron la ordenanza que permitía tocar en bares, lo cual es una muy mala noticia para nuestro sector porque el 90% de los lugares donde se tocan son bares. Entonces estamos terminando el año teniendo que enfrentar esta nueva lucha para ver si se puede volver a la ordenanza anterior y podamos seguir laburando.
En otro sentido, en mi caso particular, desde que se abrió la posibilidad de volver a tocar tuve algunas fechas; creo que la gente tenía ganas de volver a salir y tener experiencia con la música, el teatro, la danza así que fue un lindo reencuentro con el público.
En definitiva le vamos buscando la vuelta, siempre, con las ganas de seguir proponiendo y haciendo esto que sabemos hacer que es la música, las canciones. Estamos y estaremos siempre en esta búsqueda y de un lado del cómo hacer. En mi caso no solo le doy importancia al hacer sino en la manera en que se hacen las cosas. Creo que una manera honesta, sensible que tiene que ver con la certeza de que hay público para algunas cosas que el mercado diría que no. Yo apuesto a que sí, para ese público trabajo y trabajamos para construirlo, inventarlo a veces, pero hay muchísima más música de la que los medios masivos nos quieren hacer creer que hay. Así que invito a la gente a bucear un poco más en lo profundo para encontrar toda esa música».
Raúl Sansica (Artes escénicas, Teatro Real):
“Yo creo que lo más destacable de este año fue la vuelta a la presencialidad, eso es motivo de celebración. Tanto desde el Real como desde las salas independientes y del interior provincial hemos vuelto a reencontrarnos con los espectadores, algo que el sector necesitaba. Y el público respondió muy bien. Trabajamos mucho en programas y acciones que generaran la confianza necesaria para volver a vincularnos y re-vincularnos, eso fue fundamental para que la gente se acercara de nuevo a los teatros. En las primeras funciones, apenas el público se sentaba, empezaba a aplaudir y eso nos conmovía. Allí se reflejaba esa necesidad del reencuentro que tiene el teatro y la humanidad.
Paralelamente, en el teatro, nos hemos acostumbrado a convivir con la virtualidad. Porque cuando no pudimos estar en forma presencial se fueron creando nuevos contenidos, distintos programas mediante streaming y ahora que las salas están abiertas muchas de esas propuestas siguen.
Por otra parte, en el caso del Teatro Real aprendimos a trabajar en burbujas con los cuerpos estables y promover toda la nueva dramaturgia cordobesa con directores referentes de la escena independiente local que dirigió a un cuerpo en público. Con ese programa pudimos llegar a distintos puntos de la Provincia y todo ese proceso significó un aprendizaje. Otro aspecto destacable fue el regreso de los festivales Pensar con Humor y el FIT Córdoba Mercosur, que se hizo presencial y virtual”.
Andrea Musso (PH Cultural – Artes Escénicas):
En el año 2020 cuando se declaró la pandemia y se dictó el aislamiento estábamos con cuatro obras a punto de estrenar. De hermosos equipos y maravillosos colegas que admiramos profundamente; pero tuvimos que parar. Teníamos un año programado y todo se dio de baja. Fuimos los primeros en aislarnos y los últimos en poder volver, por una responsabilidad sanitaria que acatamos totalmente, pero fue un año muy difícil.
La vuelta fue hermosa, me quedo con eso, el reencuentro con los espacios teatrales, los colegas y principalmente el reencuentro con el público. Si tengo que rescatar algo que nos dejó esta pandemia en cuando a lo teatral es un nuevo vínculo con los espectadores. Un vínculo consciente, respetuoso, agradecido. Tantas ganas de volver nosotros como ellos de vernos, y eso fue increíble.
Respeto desde el momento de tomar una reserva, de pagar una entrada anticipada, de comunicarse con nosotros desde lo personal por tener contacto estrecho o síntomas. De pasar una entrada paga al mes siguiente para que no exponerse y exponernos. El vínculo con el público se modificó de maravilla y ojalá sea una de las cosas que la pandemia trajo para que quede en el público teatral de Córdoba.
Verónica Molas (especialista en artes visuales:
“A partir de febrero la reapertura de los museos provinciales y municipales fue muy importante. Veníamos de un 2020 desolador en el que muchas muestras quedaron atrapadas largos meses en los museos. El 2021 inició con la esperanza de retomar algo de la normalidad. Fue y es muy positivo volver a visitar físicamente estos espacios al igual que las galerías de arte. Tanto se acrecentó esta oferta para visitar y recorrer, que empezamos a ver una inauguración tras otra. Incluso en la segunda mitad del año esa oferta fue excesiva.
Yo me quedo con tres palabras que sintetizan este 2021: vértigo, fiesta y esperanza. Esas tres sensaciones son las experiencias que yo sentí y que también lo racionalicé en estos tiempos.
De hecho la noche de los museos del pasado 3 de diciembre condensó todo eso que expuse en esas tres palabras… Volver a tener la noche de los museos fue muy bueno y ya se abre la perspectiva de hacer varias ediciones para el año que viene”.
Perspectivas 2022
Alejo Carbonell:
“Nosotros tenemos muchas expectativas con lo que estamos armando. Yo creo que van a volver las ferias, los encuentros con las editoriales… Además el año que viene va a retornar el Festival de Poesía en Córdoba, una cosa muy vital e importante, un cruce de ideas valioso con mucho volumen y público. Y en ese tipo de encuentros me parece que se va a cocinar o recrear lo que pasaba en años anteriores. Son ámbitos ideales para debatir ideas con lectores, autores, editores, libreros…. Todo eso estaba un poco subsumido por la pandemia.
Yo creo que vamos a tener un buen año en el sector editorial. Mi deseo es ese y que haya una papelera del Estado”.
Daniel Benchimol:
Yo creo que lo principal tiene que ver con que este es un sector que, en general, responde en forma impulsiva frente a los cambios que van emergiendo, que a veces tienen que ver con cuestiones económicas o sociales o con una pandemia, o con nuevas tecnologías que irrumpen para modificar cosas del sector. Todo esto lo que hace es generar en el sector respuestas espasmódicas, a veces pensando poco en las consecuencias. El cierre de las librerías provocó que muchas editoriales se volcaran fuertemente al libro digital, quienes no lo tenían como un canal, empezaron a digitalizar sus fondos y ponerlo en distribución, y quienes ya lo hacían empezaron a darle mayor foco de visibilidad, pero todo como una respuesta a un contexto donde las librerías estaba cerradas, no como decisión concreta de que es imprescindible, necesario para una industria como la del libro diversificar las formas en las que obtiene ingresos a partir de los contenidos que produce y por lo tanto hacerse más fuerte ante cualquier fenómeno que pueda atravesar.
Si el libro digital no ha crecido lo que supusimos que iba a crecer tiene que ver con que no hay una oferta de libros digitales; es muy poca la cantidad de libros que las editoriales digitalizan y ponen a disposición de los lectores, y sin oferta obviamente no hay demanda y no hay consumo.
El principal desafío tiene que ver con tener una perspectiva y mirada a mediano y largo plazo de qué quiere un proyecto editorial, cual es el rol que cumple en la sociedad y sus objetivos.
Estamos hablando de una industria que es muy ineficiente en la forma de distribuir sus contenidos, una industria que por un lado imprime miles y miles de ejemplares que son destruidos porque no se venden y por otro lado, tenemos lectores que llegan a diario a las librerías y no encuentran el libro que quieren consumir.
Otro gran problema es la distribución del libro en argentina y de argentina hacia el mundo. El libro circula poco y hoy hay tecnologías que permitirían que circule mucho mejor y más eficientes, no hay ejes de trabajos muy claros. Se problematiza mucho pero pocas veces se buscan soluciones, las soluciones que se tratan de buscar son las mismas que se buscaban hace 15/20 años cuando hoy las tecnologías proponen otras cosas.
Raúl Sansica
«En el FIT Mercosur 2021 tuvimos un capítulo que se llamó Teatro Adyacente en el que mostrábamos todas esas obras que se construyeron y produjeron durante la pandemia en forma virtual. Incluso hubo una mesa en la se habló mucho de eso. Se debatió sobre qué nos estaba dejando este tránsito pandémico en el teatro y desde donde se podía interpelar a las artes escénicas en su modo de producción, tiempos escénicos, formatos, registros de actuación, incorporación de las nuevas tecnologías… Son cosas para ir pensando y seguro van a estar presente en las próximas propuestas teatrales. Nos queda también el desafío de volver a la calle y, en nuestro caso, el retornar a los corredores de toda la provincia y articular con todos los actores sociales y culturales tanto de Córdoba como de la región y el país».
«Como desafíos para el 2022 buscamos poder haber aprendido algo de lo que nos pasó como sociedad en el mundo, valorar el respeto, el cuidado por el otro y seguir trabajando. Poder seguir en cartelera, seguir llevando nuestro trabajo a los distintos espacios teatrales de la ciudad y la provincia y viajar en la medida de lo posible. Sostener las producciones y poder seguir viviendo de esto».
La vuelta no fue redituable económicamente, había que volver y se volvió con aforos muy reducidos con entradas a precios muy accesibles para poder generar el reencuentro. El reencuentro se dio, fue maravilloso y ahora hay que lograr que la actividad vuelva a ser nuestra fuente de ingreso y que los artistas que la pasaron muy mal, porque los ingresos se redujeron a cero, volvamos a poder vivir de esto: ese es el mayor desafío. Volver a vivir de la cultura y nuestras manifestaciones culturales.
Verónica Molas:
“Como desafío para el 2022 -y ante la continuidad de la pandemia sobre todo con la aparición de estas nuevas cepas que traen aparejadas ciertas amenazas para esta normalidad que estamos atravesando-, creo que el desafío va a ser el cuidado, que todos como ciudadanos podamos ser solidarios y aportar en ese cuidado. Vamos a tener que convivir con esta situación sin bajar los brazos ni perder las esperanzas.
Debemos seguir proyectando, generando una programación para los espacios en los que estamos involucrados y contar con un plan b por si en algún momento se vuelve a virtualidad. Creo que ese marco de la virtualidad que fue el sello del 2020 va a continuar para siempre. La posibilidad de ofrecer actividades, talleres y charlas que se pueden dar a través de distintas plataformas es algo que va a consolidarse para siempre.
Otro desafío muy importante va a estar orientado al sector de les artistes. La pandemia castigó mucho a ese sector y hubo que elaborar posibilidades de persistencias. Considero que desde los espacios públicos y las políticas de Estado culturales hay que revisar las condiciones de producción. Hay prácticas y condiciones que se pusieron en funcionamiento a causa del contexto de pandemia pero que deberían reforzarse y mantenerse para siempre. Hay que generar la posibilidad que les artistes puedan sostener la producción con algún apoyo del Estado, con acuerdos y condiciones claras a la hora de ser contratados por los espacios públicos”.
Susana Guzmán
“Lo que se viene para el 2022 es la consolidación de lo aprendido en estos dos años de pandemia. Entre éstos: les artistas y espacios culturales deben construir una estrategia digital consolidada y afianzar entornos virtuales y redes sociales amigables con el público.
Los procesos deben contemplar temporadas altas y bajas con proyectos muy flexibles y dinámicos. Es momento de construir relaciones artísticas colaborativas y pensar propuestas innovadoras que incluyan a las mujeres y a las diversidades de la industria”.
Enrico Barbizi
Los desafíos para el 2022 tienen que ver con esto. Mucha gente habla de post pandemia, yo no estaría tan seguro de poder hablar en esos términos. Creo que la pandemia sigue, tengo la incertidumbre de cómo seguirá, si aparecerán más variantes, más vacunas, pero sea del modo que sea, el desafío es continuar haciendo cosas, en la presencial, si se llegaran a cerrar cosas será de nuevo en lo virtual, pero siempre apostando por el arte y la cultura y por los artistas que proponemos alguna otra visión que va más allá del mainstream.