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#8M: Escribir sobre y para mujeres reales

En este #8M hacemos foco en dos novelas editadas recientemente que ahondan sobre problemáticas contemporáneas. “Olivia”, de Érica Vera, tiene como protagonista a una chica que sufre por su sobrepeso y que debe hacer un camino de construcción y deconstrucción para aprender a aceptarse tal cuál es.
Por su parte, Silvina Ruffo hace foco en una mujer de mediana edad y se sumerge en un tema como el abandono y los traumas de la infancia.

Alguna vez se habló de novela romántica. Pero lo cierto es que el género ha ido mutando al ritmo de los cambios culturales y es actualmente uno de los que más ahonda sobre problemáticas cercanas a las mujeres de hoy. La  violencia, el abandono, la autoestima, los proyectos personales, la maternidad, el deseo, el peso de los mandatos sociales, el abuso, la sexualidad, la presión de los estereotipos o el machismo, el techo de cristal y la independencia económica, son algunos de los temas que sobrevuelan estas novelas que si bien siguen hablando de amor se atreven a ahondar sobre otras cuestiones de manera más genuina.

En esa línea, y acompañando este #8M compartimos una entrevista con Érica Vera y Silvina Ruffo. La primera acaba de editar “Olivia” que tiene como protagonista a una chica que sufre a causa de su sobrepeso y que hace un gran camino de construcción y deconstrucción para aceptarse tal cuál es. La segunda sacó “Después dolerá menos” y se sumerge en un tema como el abandono, abordado desde la mirada de una niña y de una mujer de mediana edad.

En Babilonia hablamos con ambas de sus libros y reflexionamos sobre estos nuevos giros que va teniendo aquella narrativa que alguna vez se etiquetó como “novela romántica”.

Olivia y el desafío de habitar un cuerpo diferente

En los últimos tiempos han crecido las campañas y proyectos para visibilizar cuerpos reales. Son cuerpos que reflejan el paso de los años, el sobrepeso, la celulitis y muchas otras cuestiones que han sido (y siguen siendo) una carga dura para las personas en general y para las mujeres en especial. Porque, a decir verdad, es sobre el cuerpo de las mujeres en donde recaen más fuertemente los mandatos, los esterotipos y las críticas. Partiendo de ese lugar, la creadora de libros como «Mariposas en tu piel» o «Historias de aquí y alla» se mete de lleno con una porotagonista con sobrepeso. “Olivia” es una novela profunda, a veces dolorosa, pero también luminosa que se atreve a hablar de temas como trastornos alimentarios, bullying y el enorme desafío de aprender a aceptarse tal como somos.

– En Olivia te metés con un tema muy interesante y que está instalado en la sociedad: el sobrepeso, las dietas, la presión que hay para alcanzar cierto modelo de cuerpo. ¿Qué te impulsó a sumergirte tan de lleno en estas temáticas?

-Una parte de mí quería encontrarse con una protagonista que se me pareciera, una protagonista que habitara un cuerpo diferente que no entre en los cánones de la belleza que intentan demostrarnos cada día. Una mujer con un cuerpo distinto y con todas las vicisitudes que debe atravesar en la sociedad. Sus luchas, sus caídas, sus tropiezos pero también sus conquistas. Y obviamente que si habñamos de sobrepeso aparece la cultura de las dietas, los trastornos alimenticios, la discriminación, el bullying, la salud mental. Todo eso fue lo que me motivó a escribir esta novela que me llevó a hablar de algo muy mío y que uno va intentando sanar.

 –Olivia es el claro ejemplo de una mujer que debe deconstruirse para volver a construirse. ¿Cómo funcionan esos dispositivos en la estructura narrativa de la novela?

-A lo largo de la historia Olivia va a atravesar constantemente ese proceso de construcción y deconstrucción. El libro es una búsqueda constante y en las búsquedas nos armamos, nos desarmamos… A lo largo de la historia vamos a encontrarnos con estas decisiones que la van a ayudar en algunos momentos y en otros no tanto. Son decisiones muy personales que hay que atravesarlas. Y aunque uno no esté muy de con algunas de las cosas que ella hace la idea es que el lector pueda ponerse en los zapatos del otro, entender cuánto sufre y afecta todo esto a una persona.

Mi esperanza más grande es que cuando cierren el libro entiendan el mensaje que Olivia viene a traer que es el de aceptarse y que la felicidad no pasa por la forma de nuestro cuerpo.

-¿Qué desafíos te generó escribir esta historia, tanto desde lo personal como desde lo literario?

-Debo decir que el más difícil es el personal, dejarla ir, soltarla, dejarla partir para que vaya a tocar corazones lectores. Porque cuando un personaje está tan cerca y tiene mucho de uno es como soltar nuestra alma. Y abrirse y permitir que otros opinen sobre nuestras almas es un gran aprendizaje y desafío.  También fue difícil  dejarla ir para escribir algo distinto. Eso es lo que estoy haciendo ahora: amigándome con la idea de que no va a haber una historia tan cercana a mi corazón como esta.

En cuanto a lo literario el gran desafío fue intentar reflejar con todo mi corazón -y lo mejor posible-  las vivencias y los testimonios, que iba viendo, leyendo y escuchando durante la escritura, sobre mujeres y hombres que atraviesan trastornos alimentarios.  Intenté ser lo más responsable posible a la hora de escribir.

-¿Qué respuestas te hacen llegar las lectoras sobre “Olivia”?

– Las respuestas que me hacen llegar los lectores son realmente movilizantes, en algunos casos  tristes y crudos testimonios. Por un lado me hace feliz que me compartan esas vivencias y por el otro me entristece saber que muchos, la mayoría de nosotros, hemos pasado por situaciones de discriminación y de no sentirse parte del entorno.  Porque ser diferente es difícil a veces. Hoy en día se están dado muchas conversaciones interesantes sobre aceptarnos cómo somos, sin seguir estereotipos ya pautados.

Los testimonios son realmente conmovedores y me halaga saber que “Olivia”, en parte,  vino a acompañar a muchos de ellos y de sus historias.

 “Después dolerá menos” y dos miradas sobre el abandono

La autora de novelas como “Cristales rotos”, “Apartadas” o “Secretos de familia”, hace ahora un salto editorial y de la mano de Vergara (Penguin) lanza “Después dolerá menos” una historia que indaga sobre al abandono desde la mirada de un  mismo personaje –Claudia- en la infancia y adultez. Cuando Claudia se entera que su marido la engaña decide marcharse y dejar todo atrás. En la soledad se reencuentra con un diario de su infancia en el que fue dejando testimonio de lo que significó en su vida el abandono de su padre. Ruffo cuenta sobre el proceso de este libro que acaba de salir a la venta.  

-¿Cómo surgió la idea de escribir “Después dolerá menos”?

-“Después Dolerá menos” surgió un poco por azar, como en la mayoría de mis novelas. Una vez escuché que una mujer de mi pueblo había desaparecido. Todos la estaban buscando, nadie sabía que había pasado con ella hasta que -como en todos los pueblos (pueblo chico infierno grande)- nos enteramos que ella había abandonado al marido al descubrir su infidelidad. Esa misma noche empecé a escribir la novela: de alguna forma ese hecho marcó el inicio de la novela. Todo lo demás es pura ficción; con la salvedad de que en todas mis novelas hay algo de vivido también.

-Es una novela que rescata dos momentos –dolorosos- de la vida de la protagonista. ¿Cómo fue construir, narrativamente, esas dos Claudias: la niña y la adulta?

-Con ese pasado doloroso de Claudia quise mostrar que los traumas de la niñez nos definen y nos persiguen toda la vida. Crear esta Claudia en dos momentos traumáticos de su existencia fue todo un desafío, ya que por momentos tuve que ponerme en la piel de una nena abandonada que sufre miles de situaciones para sobrellevar el dolor y ayudar a su madre a sobrevivir la pérdida; y por el otro en la piel de la Claudia adulta y engañada.

Es una novela que reflexiona sobre la pérdida, el abandono y creo también que ahonda sobre lo que nos genera la desilusión. ¿Qué te impulsó a indagar sobre esos temas y qué desafíos te generó abordar esas problemáticas?

-Creo que son temas que siempre están vigentes y en mi caso, al tema del abandono lo tengo muy marcado a fuego. No es una historia verídica, pero tiene mucho de mis propios traumas. Con respecto a qué desafíos me generó abordarlos creo que lo más difícil fue esto de ponerme en la piel de la protagonista y sufrir con ella los dos dolores más grandes que ha tenido en la vida: el abandono de su padre siendo niña y el descubrimiento de la infidelidad del marido y su propio abandono, siendo adulta.

-La novela se publica con Vergara, lo que marca un verdadero salto en tu carrera. ¿Cómo fue este nuevo proceso y cómo lo estás viviendo?

-Es un salto muy grande el que este año he logrado en mi carrera de escritora y por supuesto lo estoy viviendo con la mayor felicidad. Estoy muy agradecida al grupo Penguing Random House por esta oportunidad de publicar mi novela al lado de los grandes escritores.

Miradas sobre los desafíos del género romántico

-Es interesante como en los últimos tiempos la denominada “novela romántica” ha ido mutando y se ha transformado en una narrativa que refleja problemas muy propios de la mujer contemporánea actual. ¿Por qué creen que el género ha mutado y se ha transformado en un especie de reflejo de lo que viven muchas mujeres”?

-Erica Vera: Creo que el género cambió y se transformó porque lo hicimos nosotras también como mujeres. Buscando contar otro tipo de historias, que nos representen. Seguimos estando en el casillero de “novela romántica” porque no dejan de ser historias de amor pero a las protagonistas las atraviesan muchas otras cosas. Y a eso el lector lo agradece porque no es solo romance sino también nos enfocamos mucho en las personas que hacen a esa pareja, su historia y lo que vienen a contar. Y con ellas podemos hablar un montón de otras cuestiones como la violencia de género, el tema de la imagen, el cuerpo, la maternidad y tantas otras problemáticas más que vivimos.

-Silvina Ruffo: Creo que la mujer de hoy ya no consume la novela romántica con el formato clásico de antes: “chica se enamora de chico y después de sortear muchísimas adversidades al fin pueden estar juntos”. Creo que hoy el lector de novela romántica busca mucho más y por lo tanto los escritores debemos estar a la altura de eso.

-En estos cambios culturales también el tema del amor está un poco en tensión. ¿Cómo manejan la cuestión amorosa, erótica, las relaciones humanas en sus libros?

-Silvina Ruffo: Siempre he tratado de generar en mis novelas relaciones reales. Intento crear amores, relaciones y actitudes que cualquier persona puede llegar a vivir.

 –Erica Vera: La cuestión amorosa y las relaciones humanas en el libro decantan, porque la historia fundamental viene por otro lado. Y las relaciones se van tejiendo alrededor de esa gran idea. Me parece importante que el amor esté subrayado en muchos lados, que no sea una novela romántica enteramente sobre una relación sino que la atraviesen un montón de cosas que, como decía antes, marcan cierta transformación en el género.

 

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