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#LecturasdeVerano: «Aquellos días de tanto frío» (fragmento)

El escritor cordobés David Voloj nos regala en este verano un cuento de "Aquellos días de tanto frío", su última antología publicado en 2022 por Factotum.

Con una pluma aguda y crítica, David Voloj vuelve a ofrecernos en esta antología, publicada en 2022 de la mano de Factotum, relatos que indagan sobre los vínculos humanos. Padres, hijos, parejas, vecinos, hermanos nos cuentan aquello que sienten, sus miedos, esperanzas, deseos, sin reparar en lo que nos puede pasar a nosotros como lectores al leerlo, en nuestros prejuicios y límites morales al escucharlos. Se confiesan y se desnudan en la libertad de la literatura retratando un mundo que muchas veces no es como pensamos. 

En esta oportunidad nos comparte un fragmento de «Mi hermano más chico».

Tras varios años de terapia, mi hermano escribe un libro. Gracias a la escritura ha podido salir de la depresión en la que cayó tras separarse de su novia, apenas regresó de su viaje por Latinoamérica.
Leo el texto. Se trata de una historia, una novela. Y yo entiendo poco, es cierto, pero
me parece que habla de nosotros, de la familia. No sé si está bien andar ventilando
intimidades.
–No es tan así –dice mi hermano cuando se lo comento, y me aclara que debo interpretar lo escrito a nivel simbólico, sin proyectar ni hacer juicios morales–. Es ficción, ¿entendés? Es literatura, y la literatura tiene sus propias reglas.
Supongo que mi hermano tiene razón, así que me olvido del asunto. Pero la cuestión pasa a mayores porque la novela gana un concurso en España. Como se trata de un premio importante, la noticia sale en el diario. Le pagan miles de euros. Al enterarse, mamá se alegra y le cuenta a todos que su hijo se ha convertido en un escritor famoso.
–El más chico– aclara.
Cuando la novela llega a las librerías, mi hermano se encuentra en Barcelona, dando entrevistas en la televisión y saliendo en los suplementos culturales de los diarios. Cada tanto voy al ciber a leer los mails en los que cuenta las novedades. Van a traducir su libro al italiano, al griego y al chino. Un director de cine quiere filmar una película. Le proponen escribir el guion. Como le han dado un buen anticipo, nos abre una cuenta en el banco y nos deposita plata.
Recuerdo el día en que mamá consigue el libro. La recuerdo quitándole el celofán con una trincheta, sentándose en el sillón del living. Recuerdo su rostro sonriente, que se transforma a medida que avanza en la lectura, y sus labios, que pierden la elasticidad de la sonrisa para replegarse en una mueca de asombro. Sus mejillas se enrojecen. Para disimular, se quita los anteojos, los limpia con la blusa y me esquiva la mirada, como si la hubiera descubierto haciendo algo prohibido.

Recuerdo el silencio entre ambos. Mamá baja los ojos, cambia de página, avanza, cierra el libro, lo vuelve a abrir, se aprieta las sienes y sigue hasta el final.
–Qué imaginación, ¿no? –dice después de tres horas tensas.
–¿Te gustó? –pregunto.
–Y…–dice–. Es tu hermano.
Esa noche, mamá tiene un pico de presión. Llamamos al servicio de emergencia y, como también hay un poco de arritmia, la internan en la San Felipe, que es la clínica que le corresponde por la obra social.
De madrugada, mamá se despierta sobresaltada. Quiere que llame por teléfono a mi hermano. Intento un par de veces, pero no consigo comunicarme a larga distancia. Entonces se larga a llorar y me pide que lo imite, por favor, que le hable como él, que le diga cosas lindas, como si fuera mi hermano.
Tardo en entender qué es lo que quiere
–Que hables como él, tarado. No es tan difícil.
–Eh… Hola mamá, te quiero mucho… ¿Así?
–Pero no, así no. Esa es tu voz –me reta, y se tapa la cara con la almohada para ahogar el llanto–. Tu hermano no habla de esa manera, ¿o no lo concés? Por Dios, cambiá un poco el tono, esforzate.
Tras un par de intentos fallidos, me sale algo parecido a la voz de mi hermano.
Entonces mamá se pone contenta y me dice cuánto me quiere, cuánto me extraña, cómo le gustaría que estuviera en casa para no sentirse tan desgraciada.

David Voloj en la presentación de su último libro junto a Flor Vercellone de Babilonia Literaria.

David Voloj (Córdoba, 1980). Es licenciado en Letras Modernas por la Universidad Nacional de Córdoba, escritor, docente y periodista cultural. Publicó los libros de cuentos letras modernas (2008), Asuntos internos (2011, ganador del Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes en 2009), Los suplentes (2014), Zonas oscuras (2015), Recursos urbanos (2018), Cicatrices (2019, infantil) y Aquellos días de tanto frío (2023). Ha escrito para distintos medios gráficos como La voz del Interiorrevista RumbosPerfil y, en la actualidad, publica la columna de educación “Apuntes de clase” en el diario Hoy día Córdoba. En 2019 obtuvo el Premio municipal Luis de Tejeda con su crónica Unos días en Bouwer. Aprender en el encierro.

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