“Escribo para atravesar mis propios desgarros»

La creadora de la trilogía Á(r)mame, Réplicas y Claroscuro -todas publicadas por Editorial El Ateneo- vuelve con un thriller atrapante.

“Diez días para no morir” es la nueva novela de Luz Larenn quien la semana que viene estará en Córdoba acompañando el lanzamiento de esta historia que funciona de manera independiente a sus libros anteriores.

En diálogo con Babilonia Literaria, la autora nos cuenta algunos detalles de esta historia que tiene como protagonista a una estudiante de periodismo que debe resolver su propio asesinato antes de que suceda.

 -Después de la trilogía llega un nuevo policial. ¿Cómo fue desprenderte de los universos y personajes de la trilogía y qué te impulsó a escribir esta nueva novela?

–Considero que llevó un tiempo el proceso de desprendimiento del universo de la trilogía.  De todas formas la idea, la trama, de este nuevo libro nació casi a la par de Á(r)mame, entre 2016 y 2017. Con lo cual fue paulatino. Yo en su momento empecé a bocetar la idea de este libro pero luego  Á(r)mame le ganó la pulseada y continué con ese hilo creativo. Sin embargo esta historia siempre estuvo ahí esperando su turno. Cuando la retomé, el año pasado, estaba sumamente entusiasmada. Siento que a la trilogía le di todo el espacio que necesitaba, pero tenía muchas ganas de ir por más, de seguir descubriéndome como autora, más allá de que este sea un camino infinito.

-El libro empieza con un crimen (que podría suceder aunque aún no sucedió) y luego nos hace viajar unos días atrás en el tiempo. ¿Qué le aporta esa ruptura de la cronología lineal –que a su vez conforma una nueva cronología- al relato?

-Me gusta trabajar mucho el primer capítulo. En un thriller es importantísimo plantear una primera escena lo suficientemente atrapante para que el lector necesite devorarlo. Es un poco mi firma, mi marca personal. Siempre consideré que uno de mis talentos se basa en saber sembrar el misterio. Pero en este caso si yo lo comenzaba con el día 1 y la cronología era netamente lineal, el relato se perdía de muchos detalles y rasgos que se van a ir viendo a lo largo de ese día y dentro de cada día que se narra.

Hay muchos saltos al pasado de la protagonista, saltos que son muy importante para entender porque ella funciona como funciona en la actualidad. Es una chica pasó muchas cosas, viene trabajando y elaborando traumas que la hicieron ser un poco más desconfiada que la media. Por eso es que, en ese sentido, ella “compra” casi sin dudar la idea de que va  morir.

-¿Qué le aporta el pasado, la historia de Harper Sloan al nudo dramático de la novela? 

– Yo a las escenas las veo, entonces no podía dejar de ver que el libro comenzaba con ella en total desesperación, al borde del peligro. Desde el inicio tenía previsto empezar así: con el último día de Harper en la tierra.

Harper Sloan es una sobreviviente, tiene esa fortaleza latiendo en su interior que por momentos le juega malas pasadas porque la pone en el lugar opuesto: la hace sentir vulnerable y la vuelve un blanco fácil. Muchas veces la gente más fuerte es la que tal vez sufre ciertas cosas en el cuerpo como ataques de pánico por ejemplo… Todo eso habla de una fortaleza: de estar de pie pese a sentir un calvario en su interior.

Su personalidad tiene matices. Su esencia es pura y ella sabe que es especial, pero el pasado la atormenta. Tiene bases fundamentales y muy fuerte. Valores familiares que le hacen elegir el bien al final de cada día. Es atractiva, llamativa a pesar de que ella se siente normal en su aspecto. Tiene una belleza que en los tempranos 2000 se denominaría “exótica”.

Harper es la columna vertebral de la historia.  

-Hay algo que caracteriza a tu obra y es ese ritmo atrapante, por momentos muy audiovisual también, ¿qué creés que debe tener un buen thriller para conectar con el lector o lectora?

-Lo de “audiovisual” me hace reír porque yo soy una cineasta frustrada (por ahora). Para mí un buen thriller debe poder tejer tantas redes como sean posibles para que el lector haga su propia aventura. Lo mejor de un thriller es jugar a hacer de detective, a resolver el misterio, hacer conjeturas. A menudo mis lectores me mandan fotos de sus propias hipótesis y teorías. 

Un buen thriller debe tener un primer capítulo que sea una promesa de todo lo que va a venir (y que obviamente después  deberá cumplir). Se juega mucho con las personalidades de los protagonistas. 

Hay cuestiones que aplican a todos los géneros, pero me gusta jugar con los escenarios, a veces los escenarios ofician como un personaje más.  

-Todas tus obras se enmarcan en el mismo género, ¿por qué esa elección?

-Mis primeras tres historias se enmarcaron en el thriller convencional, sin embargo la última considero que empezó a mutar, yo empecé a mutar. Durante el último año mientras escribía “Diez para no morir” (reescribir en realidad), me pasó de todo como autora, mujer, mamá y profesional. Empecé a sentir que muchas de las cuestiones por las que yo había empezado a escribir este género estaban llegando a un nivel de sanación por lo tanto tal vez no era necesario seguir profundizando sobre ciertas cosas. Siempre digo que escribo para atravesar mis propios desgarros (míos, prestados o dolores del mundo). No necesariamente son cosas que me han pasado a mí. Y en el último tiempo siento que se empezó a abrir el camino nuevo. Estoy con ganas de explorar otros géneros, aunque la intriga es algo que creo nunca voy a soltar. Es mi marca registrada. Pero siento que evolucioné como ser humano y hay muchos temas que quiero y necesito explorar y que van de la mano de otros géneros.  

-Detrás de cada uno de tus libros hay algún tema social muy fuerte que está latente, ¿cuál sería ese tema en “Diez días para no morir”? 

-Todos mis libros tienen un tema y este tiene muchos. El libro atraviesa el abuso psicológico, el  cyber abuso… Aparecen cuestiones muy propias de la realidad social de Norteamérica como la violencia, el bullying… La historia de Harper tiene mucho de esos condimentos.

Sinopsis

“Diez días para no morir”tiene 13 capítulos. Los 12 primeros transcurren en 11 días, y el último, 10 años después de esos eventos.

La historia comienza a partir del día 10, cuando Harper Sloan -la protagonista- decide grabar un mensaje para su familia en el caso de que muera. A partir de allí el texto retrocede al día 1.

“Hola, mi nombre es Harper Sloan. Esto será difícil, así que lo diré y ya. Si están viendo esto, significa que hoy he muerto”.

Harper, de 22 años, estudia Periodismo en la Facultad. Tras un comentario en un chat del foro de la universidad decide revisar su perfil en internet. Allí descubre un artículo periodístico -posdatado 10 días después- en el que, con foto y todo, se anuncia su propio asesinato. Desde entonces, empieza a recibir sin remitente una serie de objetos amenazantes.

Desconcertada y sin saber a quién pedir ayuda, decide hacer una lista de las personas a las que ha lastimado a lo largo de su vida. Incluso se contacta con Peter Crawling, el periodista que supuestamente escribió la nota pero que niega ser su autor. 

El pasado de Harper la acecha de maneras insospechadas y la empuja a acciones que revelarán secretos de sí misma y de las personas que más creía conocer. 

Narrada desde la voz de la protagonista (Harper Sloan) y también desde los puntos de vista de otros cinco personajes, el relato se va armando a través de diferentes ángulos.

Para agendar

 La autora realizará en Córdoba las siguientes presentaciones:  

JUEVES 9/11
18:30h: Presentación de la novela “Diez días para no morir”.
Lugar: El Ateneo Córdoba (Gral. Paz 156)
Charla con la periodista Brenda Petrone (La Voz del Interior).
Firma de ejemplares.

VIERNES 10/11
18h. Presentación y firma de ejemplares en Jesús María.
Lugar: Espacio Polaroid (Tucumán 660, Jesús María).Organizado en conjunto con Centro Cultural Cabildo.
Charla con Emilia Naúm y Marina von der Pahlen (editora de Editorial El Ateneo).