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Un año sin Gabo

 

 

 

 

El próximo viernes 17 de abril se cumple el primer año desde el fallecimiento del premio Nobel de Literatura, el genial escritor colombiano Gabriel García Márquez. 

García Márquez fue un eximio representante del realismo mágico, y en su legado se destacan obras como «Cien años de soledad», «El otoño del patriarca», «El amor en los tiempos del cólera», «Crónica de una muerte anunciada»,»Relato de un naufrago» y «El coronel no tiene quien le escriba».

Gabriel García Márquez nació en Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927. Creció entre sus abuelos maternos y sus tías. Sus abuelos marcaron el periplo literario del futuro Nobel: el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, le contaba al pequeño Gabriel infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles del siglo XIX, mientras que doña Tranquilina Iguarán se la pasaba siempre contando fábulas y leyendas familiares, mientras organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en sueños.

García Márquez aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca. En ese colegio permaneció hasta 1936, cuando murió el abuelo y tuvo que irse a vivir con sus padres al fluvial puerto de Sucre, de donde salió para estudiar interno en el colegio San José de Barranquilla. En 1940, gracias a una beca, ingresó en el internado del Liceo Nacional de Zipaquirá.

En 1947, presionado por sus padres, se trasladó a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional. El estudio de leyes no era su pasión, pero logró consolidar su vocación de escritor, pues ese mismo año se publicó su primer cuento, «La tercera resignación», en el suplemento Fin de Semana de El Espectador.

En la Universidad Nacional permaneció sólo hasta el 9 de abril de 1948, dado que, a consecuencia del «Bogotazo», la Universidad se cerró indefinidamente.

A principios de los años cuarenta comenzó a gestarse en Barranquilla una especie de asociación de amigos de la literatura que se llamó el Grupo de Barranquilla. Gabriel García Márquez se vinculó a ese grupo y fue un partícipe activo en sus actividades.

En febrero de 1954 García Márquez se integró en la redacción de El Espectador, donde inicialmente se convirtió en el primer columnista de cine del periodismo colombiano, y luego en brillante cronista y reportero. 

Un año después Gabo ganó el primer premio en el concurso de la Asociación de Escritores y Artistas; publicó «La hojarasca» y un extenso reportaje, por entregas, «Relato de un náufrago», el cual fue censurado por el régimen del general Gustavo Rojas Pinilla, por lo que las directivas de El Espectador decidieron que Gabriel García Márquez saliera del país rumbo a Ginebra, para cubrir la conferencia de los Cuatro Grandes, y luego a Roma, donde el papa Pío XII aparentemente agonizaba.

Cuatro años estuvo ausente de Colombia. Vivió una larga temporada en París y recorrió Polonia y Hungría, la República Democrática Alemana, Checoslovaquia y la Unión Soviética. Continuó como corresponsal de El Espectador, aunque en precarias condiciones, pues si bien escribió dos novelas, «El coronel no tiene quien le escriba» y «La mala hora», continuamente esperaba el giro mensual que El Espectador debía enviarle pero que demoraba debido a las dificultades del diario con el régimen de Rojas Pinilla.

A finales de 1957 fue vinculado a la revista Momento y viajó a Venezuela, donde pudo ser testigo de los últimos momentos de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.

En marzo de 1958 contrajo matrimonio en Barranquilla con Mercedes Barcha, unión de la que nacieron dos hijos: Rodrigo (1959) y Gonzalo (1962). 

En 1960 vivió seis meses en Cuba y al año siguiente fue trasladado a Nueva York, pero tuvo grandes problemas con los cubanos exiliados y finalmente renunció. Después de recorrer el sur de Estados Unidos se fue a vivir a México, lugar en el que se dedicó a escribir guiones de cine y durante dos años (1961-1963) publicó en las revistas La Familia y Sucesos, de las cuales fue director.

En 1967 apareció «Cien años de soledad», que constituye un hito en Latinoamérica, como uno de los libros que más traducciones tiene y que mayores ventas ha logrado, convirtiéndose en un verdadero bestseller mundial.

Después del éxito de «Cien años de soledad», García Márquez se estableció en Barcelona y pasó temporadas en Bogotá, México, Cartagena y La Habana. Durante las siguientes décadas continuaría escribiendo y publicando.

El 21 de octubre de 1982 García Márquez recibió el  premio Nobel de Literatura. Por ese entonces se hallaba exiliado en México; el 26 de marzo de 1981 había tenido que salir de Colombia, ya que el ejército colombiano quería detenerlo por una supuesta vinculación con el movimiento M-19 y porque durante cinco años había mantenido la revista Alternativa, de corte socialista. Vestido de blanco, con el discurso «La soledad de América Latina» el escritor intentó romper los moldes o frases gastadas con que tradicionalmente Europa se ha referido a Latinoamérica, y denunció la falta de atención de las superpotencias hacia el continente (PODÉS VER EL DISCURSO EN NUESTRA SECCIÓN «VIDEOS»).

García Márquez falleció el 17 de abril de 2014 en la ciudad de México, tras de una recaída en el cáncer linfático por el que ya había sido tratado en 1999. 

En este mes de abril, bajo el lema «Gabo vive entre nosotros», el Ministerio de Cultura de Colombia recordará al autor con lecturas de su obra, exposiciones, conferencias, presentaciones de danza, música y teatro. El Museo Nacional también participará de los homenajes.

Estas y otras actividades serán coronadas con la Feria del Libro de Bogotá dedicada a Macondo, que del 21 de abril al 4 de mayo recreará el universo de ese pueblo legendario.

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